Políticas

30/10/1998|606

Un Estado Policial

De acuerdo con un informe sobre los “excesos policiales en Argentina”, del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels) de Argentina y Human Rights Watch (HRW), “la más importante organización defensora de derechos humanos de Estados Unidos”, sobre medio centenar de casos “paradigmáticos”, cuatro corresponden a Córdoba. Ariel Lastra, Sandra Torres (de cuyo asesinato se cumplió recientemente un año y todos los indicios apuntan a la policía y al negocio de la prostitución), Miguel Angel Rodríguez (asesinado por un policía por el “robo de una pelota”) y Sergio Pérez (testigo del caso Rodríguez).


Pero estos casos son sólo la ‘punta del iceberg’. Córdoba es una ciudad prácticamente sitiada por los efectivos policiales, en especial contra la juventud. Los jóvenes no pueden sentarse a tomar una cerveza en la vía pública, no importa si superan los 18 años o si lo hacen en horas del día, sin correr el peligro de ser detenidos. El control policial está presente en todos los eventos sociales, bailes de cuartetos, fiestas particulares en los barrios, e incluso obras de teatro (“El purgatorio”, en la isla de los Patos). Toda acción que se desarrolle en la vía pública está bajo control policial.


En Córdoba, está prohibido utilizar los espacios públicos (plazas, etc.) para reunirse y, por ejemplo, tocar música. Hace un par de meses, a la murga que se reunía en la plaza de la Intendencia se le secuestraron los instrumentos y se le quiso aplicar una multa de 1.000 pesos por ruidos molestos. Los jóvenes han sido prácticamente barridos de las calles de Nueva Córdoba (un barrio plagado de estudiantes), se los acosa con la policía si se sientan a charlar o tomar algo en las veredas o sobre el Boulevard San Juan.


Con ese mismo fin, la Municipalidad puso las condiciones leoninas para los boliches y pubs de la zona. Además hay un toque de queda a partir de las 5 horas del domingo. Detrás de todo esto, están los intereses inmobiliarios (Nueva Córdoba es uno de los barrios más cotizados y se ha abierto el shopping Patio Olmos) y de los dueños de las discotecas más grandes, pero se trata en esencia de una intolerable regimentación del esparcimiento y la libertad cotidianas. En Córdoba impera la ‘ley seca’: a partir de las 23 horas no se pueden expender bebidas alcohólicas.


El gobierno aliancista ha incrementado notablemente el equipamiento de los aparatos represivos, en forma proporcional, y la destrucción de los hospitales y la educación. El Partido Obrero y la Unión de Juventudes por el Socialismo han emprendido una campaña contra la represión por el desmantelamiento del aparato represivo y la derogación de todas las prohibiciones a la libertad de los jóvenes y los trabajadores.