Jujuy: Un fondo del tabaco para los pulpos
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PO Jujuy
Luego de terminada la disputa en el Congreso, los diputados hicieron las paces para defender en común con los capitalistas productores y acopiadores (Massalin Particulares y Cooperativa de Tabacaleros) un proyecto de ley de actualización del FET (Fondo Especial del Tabaco). Atrás quedaron las denuncias de los radicales que este proyecto sería la moneda de cambio (Banelco II) para aprobar la ley 125 de retenciones.
El tabaco ocupa en Jujuy 19.000 hectáreas y emplea en forma directa a 25.000 personas entre siembra, desflore y cosecha manuales.
La actualización significa 140 millones de pesos para las provincias tabacaleras. En un tiempo el FET conformaba el 12,9% del precio del cigarrillo, hoy representa el 0,1%.
El ingreso de la producción tabacalera jujeña en el mercado chino trajo una mayor concentración. La consolidación de dos compradores (Massalin Particulares y la Cooperativa de Tabacaleros) y muchos oferentes, deja a los más pequeños cautivos de los precios los monopolios. Los beneficiados con el FET son los grandes, y esto se nota en la inversión realizada en galpones y maquinarias, etc.
Los argumentos para defender subsidios a la agroindustria más negrera de la provincia, cuando hace unas semanas se decía que la renta que obtiene es tan grande que había que cobrarles retenciones, olvidan que los grandes del tabaco, el azúcar y la minería no aportan ni ingreso bruto, y tienen amparo legal a gusto. La delgada línea entre tragedia y farsa de fellneristas, snopistas y radicales, al mejor estilo de De Vido, se sintetiza en la corruptela compartida (sobreprecios, vueltos, coimas, etc.).
Ni mencionaron a los trabajadores, cuyo jornal es de 40 a 45 pesos, unos 1.000 pesos y moneditas, que se aumentan con la “labriega familiar”, como llaman jueces, políticos y patrones a la explotación infantil defendida hasta como cultura. El FET no contempla ni reglamenta el trabajo tabacalero, del cual solamente el 15% esta en blanco. Le siguen el hacinamiento y las enfermedades del tóxico e ingrato trabajo, comprobables en el Hospital Pablo Soria y zonales, cuyas salas masculinas se abarrotan en gastroenterología e infectología, con afecciones, tumores y cáncer de todo tipo.
Si se hubieran acordado de la salud cuando se peleaban en el Congreso por las leyes del tabaco, no solamente habrían hablado de los fumadores sino de la explotación de los obreros y los niños. A la Uatre de Venegas y compañía ni la nombremos, porque no existe.
Proponemos:
- Un FET bajo control de los pequeños productores y trabajadores.
- Impuestos progresivos a las grandes acopiadoras.
- Nacionalización de los monopolios exportadores y agroindustriales y financieros.
- Por salario igual al costo de la canasta familiar bajo convenio del obrero del tabaco.