“Hay ganas de invertir en la Argentina. Kirchner tiene el guiño de nuestras casas matrices” (Clarín, 22/5).

El comentario salió de una cumbre petrolera organizada en California por el Institute of the Americas, en la cual el tema dominante “fue la perspectiva del sector energético en la Argentina” (ídem). Esta “perspectiva” acaba de ganarse un secretario, el santacruceño Daniel Cameron.

El nuevo funcionario de Energía, sin embargo, nada tiene de nuevo. Es el director técnico de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi), “que engloba a las nueve provincias argentinas de las que se extrae petróleo y gas”; fue funcionario de Rodríguez Saá, de Duhalde, y miembro del directorio de YPF, en representación de Santa Cruz, cuando la provincia “todavía conservaba acciones de YPF” (El Cronista, 29/5).

La designación fue recibida “con expectativas favorables entre las empresas del sector”, que rescataron “su perfil petrolero frente al de hombre del mercado eléctrico” (ídem) del secretario anterior.

“Este técnico muy conocido por la industria” será el encargado de resolver “con las empresas temas ríspidos que esperan definición, como el ajuste de tarifas, el alza de los precios estacionales para la luz y el gas, la estabilidad de los valores de los combustibles, el futuro de las retenciones de las exportaciones y la pesificación del gas para el mercado interno” (ídem).

Otra pieza del “estilo K” es la aparición en la Secretaría de Comunicaciones de Guillermo Moreno, un hombre de la Cgt de Hugo Moyano.

A pesar de la demagogia “antiprivatista”, la designación de este hombre de Moyano no alteró el ánimo de las telefónicas, que “confían en iniciar un acercamiento progresivo con los nuevos funcionarios” (ídem).