Políticas

23/12/1999|651

Un gabinete de las grandes empresas

“El hombre indicado en el lugar indicado”. Esta parece haber sido la norma con la cual De la Rúa armó su equipo de ministros y secretarios. Tomemos el ejemplo del nuevo Ministerio de Infraestructura. Fue puesto a cargo de Nicolás Gallo, un ex funcionario del Banco Mundial, que tiene como antecedente el diseño, junto con la Cámara de la Construcción, de un “plan de infraestructura” que será financiado o avalado por el Estado. Los Macri y los Roggio tienen sus intereses bien guardados.

Gallo, a su vez, designó como Secretario de Importaciones a Jaime Kogan, el ex funcionario menemo-cavallista que comandó la privatización de los trenes urbanos. En los contratos firmados por Kogan “se detectaron planes de inversiones que incluían sobreprecios de hasta el 3.000%” (Página/12, 16/12). Ahora, el Kogan ‘aliancista’deberá ‘revisar’ los contratos firmados por el Kogan ‘menemo-cavallista’. Una muestra de lo que alumbrará esta ‘revisión’ lo anticipa el propio Kogan cuando sostiene que “las tarifas de los trenes están en un nivel relativo muy bajo” (ídem).

Los pulpos capitalistas representados en el gabinete incluyen al abogado de Renault (Jorge De la Rúa), al economista de la UIA (Machinea), a un asesor de los grandes bancos (López Murphy) y al Consejo Supervisor de IBM y el Citibank. Pero De la Rúa acaba de ratificar a Carlos Silvani al frente de la Afip. “Silvani tuvo el aval de oro (de) Fernando de Santibañes, jefe del consejo de asesores del Presidente” (ídem). Nada menos que los usureros y las grandes empresas extranjeras internacionales han puesto a uno de sus hombres como recaudador de impuestos. Es una garantía adicional del cobro de la deuda externa.