Políticas

28/7/1993|397

Un nuevo robo a los jubilados

Sin que se les moviera un pelo, los funcionarios cavallianos reconocieron haber “sus­traído “a las cajas jubilatorias nada menos que 1.800 millo­nes de dólares en apenas sie­te meses.


Los fondos robados por el gobierno a los jubilados pro­vienen del 15% de los im­puestos coparticipables — fundamentalmente, el IVA— que están destinados, por ley, al sistema previsional. Según la ley, correspondía haber transferido 2.200 millones de pesos desde enero, pero a las cajas sólo entraron 400 millo­nes, apenas el 18% de lo que correspondía. Los “restan­tes” 1.800 millones, fueron destinados a pagar, según lo reconoció el propio secretario de Hacienda, “otros gastos” de la Tesorería, es decir, al pago de los intereses de la deuda pública usuraria. El nuevo desfalco bastaría —sin contar otros, como la entrega de YPF— para que Cavallo vaya a esperar el premio Nobel de Economía que cree merecer a Devoto.


El Ministerio de Economía justificó el desvío de los fon­dos afirmando que “en el mo­mento de celebrarse el pac­to con las provincias, se convino que el 15% que aportan solidariamente de los recursos coparticipa­bles la Nación y las provin­cias permitirá financiar la disminución de ingresos que se producirá en el siste­ma público de seguridad social como consecuencia de la aprobación del nuevo régimen previsional” (El Cronista, 26/7). Cavallo reco­noce, de su puño y letra, que el “desvío de fondos previsionales” tiene por finalidad financiar la jubilación privada, la que para subsistir necesita que se vacíe el dinero de las cajas, y los actuales jubilados ganen haberes de miseria. A su vez, el gobierno redujo los ingresos provinciales por im­puestos coparticipables, lo que destruye la salud y la edu­cación de las provincias.


El “afano” cavallista pone en claro que el llamado “pro­blema previsional” es una pura creación del gobierno, que alienta la evasión patro­nal y desvía los fondos de las cajas. Como ya se ha demos­trado (“Jubilación privada. La Bolsa o la Vida”, Julio Magri), aun en las condiciones actua­les —con una evasión que ronda el 50%— la recauda­ción del sistema previsional (1.450 millones mensuales) permitiría pagar una jubilación media de 450 pesos a cada uno de los tres millones de jubilados. Si se suprimiera la evasión patronal, los habe­res promedio podrían alcan­zar los 700 pesos.


Pero el robo a las cajas jubilatorias pone en claro, también, que el mentado “su­perávit fiscal” que Cavallo pretende haber alcanzado es una ficción. El endeudamien­to público ha creado geomé­tricamente desde el lanza­miento del “plan de converti­bilidad”, como consecuencia del “festival de bonos”, de la “ventajosa” refinanciación de la deuda externa y de los subsidios a los capitalistas. “Las cuentas no cierran ni con la moratoria”, titulaba el oficialista “El Cronista” (21/7) refiriéndose a la situación fis­cal. Cavallo necesita robar sistemáticamente a los jubila­dos, después de haber roba­do a los consumidores con impuestos expropiatorios, para cubrir el “agujero ne­gro” del déficit fiscal.


La jubilación de 150 pesos que hoy paga el gobierno no es una consecuencia de la “realidad financiera” de las cajas, sino para pagar la frau­dulenta deuda externa y para financiar y “potenciar” el ne­gocio de las ” jubilaciones privadas”