El “operativo rescate” montado por la Chiche Duhalde es un completo fracaso, los hechos diarios lo demuestran, hasta el día 29/12 los niños muertos por desnutrición ya sumaban 18. El director del Hospital de Niños denuncia que el “operativo rescate” apenas les permitió “asomar la cabeza” y que para poder funcionar en condiciones normales necesitarían una duplicación del presupuesto. El reparto de la ayuda alimentaría ha ido a parar a manos de los punteros políticos, que distribuyeron los alimentos entre sus camarillas para tratar de sostener un aparato podrido de chantaje y coerción que se cae a pedazos.

El delegado comunal de San Pablo que fue detenido por robarse la plata de nueve comedores en los que se alimentaban mas de 1.000 niños quedó en libertad y fue restituido en su cargo, como si nada hubiera sucedido. Según un relevamiento realizado por el gobierno, en la ciudad de Simoca existen 2.000 niños con algún grado de desnutrición; uno de los doctores que atiende en el hospital de la zona dice: “el Operativo Rescate hasta ahora no hizo más que demostrar que es ineficiente y demagógico” (La Gaceta, 29/12/02).

Conclusión, el operativo vino a rescatar a los ladrones, a los hambreadores, a los punteros políticos del PJ y los sostenedores de este régimen de explotación y miseria. De los problemas fundamentales de los explotados tucumanos no se ha resuelto ni uno solo: aumenta la miseria, los hospitales públicos y los Caps no cuentan con los medios para atender miles de pacientes diarios, la ayuda alimentaría no llega, la lluvia comienza a causar estragos entre la población de bajos recursos, la provisión de leche es insuficiente; es decir que este operativo rescate no rescató a nadie.

En este cuadro, el Partido Obrero y el Polo Obrero tienen la responsabilidad de organizar a los explotados para luchar por sus reinvidicaciones, y echar este operativo trucho de Tucumán; fuera Chiche Duhalde, fuera Miranda, fuera Duhalde, que se vayan todos y que el poder pase a una Asamblea Constituyente soberana con poder.