Políticas

21/3/1996|486

Un parásito consecuente

El Pts critica el llamado del Partido Obrero a marchar a Plaza de Mayo el 24 de marzo, en el vigésimo aniversario del golpe militar, porque también lo haría el Frente Grande, la UCR y el CTA. No importa que lo hagamos, como dice el propio Pts, “bajo la consigna ‘Abajo el régimen represor, hambreador y entreguista del menemismo’”(Rebelión, 1/3).


Es decir que el Pts no se moviliza el 24 de marzo, sin importarle si con ello entrega el monopolio político de la jornada a los cómplices del golpe militar ¿Un amigo de De la Rúa lo podría hacer mejor?


El Pts no sabe, ni tampoco importa que lo sepa, que la UCR y el Frepaso demoraron su adhesión a la marcha hasta último momento, porque no desean integrar una oposición callejera al menemismo. Pero se vieron obligados a adaptarse a las realidades políticas, pues la jornada se perfila como una gran movilización popular.


No existe ningún precedente histórico ni internacional de que los movimientos revolucionarios boicoteen las movilizaciones populares. El Pts participa en las instituciones del Estado como por ejemplo, las elecciones, pero se niega a hacerlo con planteos independientes en una jornada objetivamente de lucha.


La razón de todo esto es muy simple: el Pts no pretende crecer con la vanguardia que lucha sino con los elementos desmoralizados que no creen en ninguna clase de lucha. Es la política de la secta.


No como, no fumo, no bebo, no lucho, no me movilizo, ni voy a las elecciones estudiantiles. Soy el parásito consecuente.