Políticas

30/6/2023

Un programa económico de los trabajadores para sacar adelante Argentina

Gabriel Solano y Vilma Ripoll, de la lista "Unidad de luchadores y la izquierda" en el FIT, explicitaron qué harían en caso de llegar al gobierno.

Imagen: Federico Imas/ @ojoobrerofotografia

La lista “Unidad de luchadores y la izquierda” en el Frente de Izquierda Unidad, que lleva como precandidato a presidente a Gabriel Solano y como vice a Vilma Ripoll, desarrollaron en conferencia de prensa qué harían en el plano económico en caso de llegar al gobierno. Se trata de un programa integral que permitiría poner fin al saqueo nacional a mano de los capitalistas y destinar los recursos del país en beneficio de las mayorías.

Por un lado, nos encontramos que las reservas netas del Banco Central se encuentran en terreno negativo, a pesar de que, entre principios del 2020 hasta marzo 2023, el superávit comercial fue de U$S 45 mil millones. Esas divisas se dilapidaron en el pago de intereses de deuda externa: U$S 5.086 millones al FMI, U$S 2.928 millones a otros organismo multilaterales de crédito, U$S 3.983 millones a los bonistas privados y U$S 10.484 millones en el pago de vencimientos de deuda privada (muchas veces autopréstamos).

Por otra parte, la formación de activos externos significó la salida de U$S 4.568 millones en ese período, los cuales totalizan U$S 428.635 millones (el equivalente a un PBI argentino). A lo anterior se le suma la venta de dólares del BCRA en función de contener la brecha cambiaria (financiando la corrida) y las maniobras patronales de subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones.

Para terminar con esa sangría, es necesario, en primer lugar, repudiar la deuda externa, que se ha revelado como un método eficaz de expoliación de la riqueza del país por parte de los capitalistas extranjeros y nacionales, y que además es impagable por su carácter usurario (se cobran intereses sobre intereses en mora). Quedó demostrado que rescatar dicha hipoteca no implica desendeudamiento alguno: desde que asumió Alberto Fernández se pagaron U$S 11.997 millones en concepto de deuda externa pública y se contrajeron préstamos en moneda extranjera por U$S 14.412 millones.

En ese sentido, debemos romper con el FMI, cuya tutela no solo apunta a expoliar los recursos financieros y naturales del país, sino también a alinear a la Argentina detrás de los intereses del imperialismo norteamericano, en un escenario internacional signado por los crecientes choques y conflictos comerciales, monetarios y bélicos.

Esto debe ir acompañado de la nacionalización bajo control obrero de las vías estratégicas por donde se drenan las divisas, como la banca, el comercio exterior, la Hidrovía del Paraná (por donde circula el 80% de las exportaciones) y los puertos, hoy en manos privadas. Lo anterior, no solo permitirá preservar el ahorro del país y destinarlo a la industrialización y a las necesidades sociales (vivienda, obra pública, salud, educación, etc.) sino también revalorizar la moneda nacional, la cual se halla completamente devaluada producto de que se emite sin respaldo en dólares debido a la fuga constante, lo cual se transforma en una de las principales causas del desmadre inflacionario.

Por otra parte, también se hace preciso expropiar sin pago y nacionalizar bajo control de los trabajadores los bienes comunes, tales como el petróleo, el gas, el litio, la gran propiedad terrateniente y los grandes pooles de siembra, en función de poner fin al saqueo semicolonial que ejecutan las multinacionales sobre el suelo criollo (dejando un enorme pasivo ambiental y acaparando los dólares resultantes del comercio exterior) y, al mismo tiempo, valernos de las codiciadas materias primas producidas en el país para adquirir, en el mercado internacional, tecnología que permita desarrollar un plan de industrialización.

A su turno, para que la carga tributaria del país deje de recaer sobre las espaldas de los trabajadores, hay que eliminar todos los impuestos al consumo como el IVA (que representa la mayor parte de la recaudación), el impuesto a la vivienda única y la cuarta categoría de Ganancias que grava el salario. En cambio, debemos avanzar en impuestos progresivos y permanentes al gran capital.

Los planteos señalados consisten en una reorganización del país sobre bases socialistas, la única salida posible a la debacle a la que nos han conducido los políticos capitalistas que se alternaron en el poder.