Políticas
26/5/2022
Reforma laboral
Un programa para “Fomentar Empleo” barato
El gobierno anunció una serie de subsidios y reducciones de los aportes patronales.
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Ministros, empresarios de la UIA y burócratas de la Uocra,
El gobierno anunció el lanzamiento del programa Fomentar Empleo, que en realidad unifica un serie de iniciativas ya en marcha del Ministerio de Trabajo. Es una serie de subsidios a las empresas con la promesa de generar inserción en puestos de empleo formal, con dispositivos que ya fracasaron y serán costeados por los propios trabajadores. Detrás de escena, lo que está en el tintero es el abaratamiento de la fuerza de trabajo.
Entre las medidas se encuentra una universalización de la reducción por un año de entre el 90% y el 95% de las contribuciones patronales a las empresas en sus nuevas contrataciones de personal que actualmente se encuentre desocupado. Es un beneficio que hasta ahora era exclusivo para quienes contrataran participantes de programas de intermediación laboral del propio ministerio, aunque sin éxito alguno.
También está el Programa de Inserción Laboral por el cual el Estado abona parte del salario hasta 25.000 pesos mensuales por doce meses, del cual en 2021 participaron 25.000 personas que según el funcionario a cargo aumentaron sus “posibilidades (!!) de acceder a un empleo formal”. Se suma a eso Entrenamiento para el Trabajo, que son prácticas laborales de hasta seis meses a cambio de un incentivo económico al trabajador de hasta 23.000 pesos por mes, es decir que con fondos públicos se pagará mano de obra que saldrá gratis a las empresas, sin compromiso de continuidad en el puesto. Una ganga.
Inocuos para revertir la falta de trabajo genuino, con estos programas el gobierno intenta congraciarse con el empresariado, que clama contra un supuesto costo laboral excesivo. No por nada el escenario de presentación fue la sede de la Uocra, cómplice de la superexplotación en el gremio de la construcción, y hasta fue saludado en persona por el presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, lobbista si los hay por una reforma laboral flexibilizadora.
Los capitalistas tienen entre ceja y ceja, precisamente, los aportes patronales a la seguridad social, que el gobierno condona ahora temporariamente. Es un incentivo que pagarán los jubilados, ya que la fórmula de movilidad está vinculada a la recaudación previsional, por lo que será luego ahorrado por el gobierno a la hora de actualizar los haberes -los cuales en su gran mayoría están ya debajo de la línea de indigencia.
Este tipo de programas como el Fomentar Empleo desmiente la visión tan instalada por oficialistas y opositores, que adjudican falsamente a las jubilaciones y asignaciones sociales la responsabilidad por el déficit fiscal (y con ello hasta por la inflación), y muestra que en realidad los trabajadores financian los subsidios que embolsan las empresas. Son estas quienes parasitan el gasto público, y no invierten en crear nuevos empleos sino que presionan por una reforma laboral que incremente la tasa de explotación (lo cual por eso mismo no generará más puestos de trabajo sino menos y peores, basados en la polifuncionalidad y jornadas flexibles).
Lo mismo vale para la falacia del discurso patronal de que el problema es la baja calificación de la mano de obra, repetido ahora por los ministros de Trabajo y Educación al presentar estos programas como una salida a la falta de formación. De verdad según el Indec tres de cada cuatro desocupados tiene secundario completo, y más de un cuarto cursó estudios superiores; tenemos una sobrecalificación para la cantidad y calidad del mercado laboral.
A la luz de todo esto, es evidente por qué la mitad del “Fomentar Empleo”, cuyo costo se estimó en 500 millones de dólares en cuatro años, se cubrirá con un crédito del Banco Mundial. En realidad todo lo pagarán los trabajadores, con el ajuste de otras partidas, con sus jubilaciones, y con una deuda externa que será luego devuelta con intereses.
La creación de trabajo formal dependerá entonces de la lucha del movimiento obrero contra la precarización laboral y el intento de flexibilizar los convenios colectivos de trabajo, con una reforma que en realidad viene a legalizar un cuadro en el cual según números oficiales cada dos asalariados registrados hay uno no registrado y otro como cuentapropista. Las masivas movilizaciones piqueteras que reclaman trabajo genuino son por eso una pelea contra el parasitismo de los capitalistas.
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