Políticas

6/5/1999|625

¿Un PT contra los patrones o contra los obreros?

Menos de un año atrás, Silvia Diaz, entonces dirigente oficial del MST, defendía la ‘protección’ de la ‘, industria nacional’ (Ver PO Nº 600, 11/9/98). Decía que: "Si nuestro país se pusiera firme en defender su producción nacional, si nos uniéramos a toda Latinoamérica para impedir que nos arrasen las mercancías a precios de dumping... podríamos defendernos del vendaval de la globalización". Es lo que reclama hoy la burguesía industrial, interesada ahora (después de las privatizaciones y de la entrega al imperialismo) en "defender la producción nacional" con subsidios, barreras aduaneras e, incluso, con reducciones del salario y de las jubilaciones.


Silvia Diaz rompió con el MST y participa ahora del "Movimiento por un Partido de Trabajadores", el que propone la "constitución de un Partido de Trabajadores plural, democrático, clasista y dirigido por trabajadores y genuinos representantes del pueblo pobre y sus luchas" (resoluciones 10/4/99).


Nótese que, incluso antes de constituirse en partido, este Movimiento anuncia que no tendrá programa, pues será"pluralista". Pero como el ‘vacío’ no existe, concluye levantando el programa de la... burguesía industrial.


En las resoluciones adoptadas en su ultimo plenario (10/4) se afirma: "La única forma de acabar con las penurias de millones de trabajadores es cambiando el modelo económico y social, (por otro) donde la industria nacional se la proteja no para que se beneficien cuatro ricos y famosos, sino para que tengan trabajo los millones de desocupados; donde los actuales desocupados tengan un subsidio digno hasta que consigan trabajo; donde se castigue la especulación y la usura y se beneficie el desarrollo económico para terminar con la desocupación y la miseria".


Es decir, que los intereses obreros dependen de la protección de la burguesía nacional, por un lado, y de la burguesía endeudada, por el otro.


El objetivo de formar un Partido de Trabajadores es positivo cuando sirve para arrancar a la clase obrera de la influencia y del sometimiento político a la burguesía. Pero cuando apunta a destruir las ideas y el programa revolucionario, o sea socialista, en nombre de un ‘pluralismo’ demagógico, es reaccionario.