Un regalo a la “patria contratista”

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Bastó que el gobierno dijera que se había lanzado un plan para acabar con la “patria contratista" para que el Ministerio de Obras y Servicios Públicos anunciara un nuevo y fabuloso negociado en beneficio, precisamente, de la "patria contratista". La hipocresía capitalista del gobierno no tiene límites.
El "plan de reconversión vial" —así se llama el nuevo curro— le otorga, por doce años, la administración de 10.000 km. de rutas ya existentes a un selecto grupo de pulpos, quienes cobrarán peaje a los usuarios. Entre las vías concedidas a la "iniciativa privada" se encuentran las 28 principales rutas nacionales y provinciales, incluso las que desembocan en el Gran Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mar del Plata, Tucumán y Mendoza. Se trata, como puede verse, de un negociado fenomenal ya que no hay inversión ni “riesgo empresario" alguno, sólo sentarse a cobrar el peaje. Beneficio puro para la "patria contratista”.
Los concesionarios sólo "aportarán" el mantenimiento de las rutas, que naturalmente no saldrá de sus bolsillos sino de los peajes cobrados a los usuarios. El Estado garantiza a los pulpos la indexación mensual de los peajes, de los que, sin embargo, no recibirá un centavo. El punto de partida -informa Clarín, 12/12— será una tarifa mínima de un dólar y medio cada 100 km, para el caso de automóviles, que se eleva a 7 dólares para un camión con acoplado. Un encarecimiento de más del 60% de los costos de todo tipo de transportes, que será puntualmente pagado por los usuarios y consumidores, ¡sin percibir mejora alguna a cambio! La "iniciativa privada" es un parásito insaciable.
Un negocio tan suculento, de millones de dólares de ganancias aseguradas sólo por "tapar baches" (Clarín, 12/2) hizo que se batieran todos los récords de "interés privado”: 77 empresas se presentaron a la precalificación de la "reconversión vial". “Tamaña convocatoria —señala Clarín— expresa la rentabilidad esperada por los grupos empresarios". Naturalmente, ¡nadie quería perderse el regalo! Los pulpos se apropiarán de las rutas sin poner un sólo peso ni pagar un centavo por su uso o mantenimiento. Entra capitalistas privados, semejante "operación" —que viola las propias leyes económicas del capitalismo— daría lugar a la acción judicial. La "reconversión vial" no puede esconder su carácter delictivo ni el del régimen político que la lleva a cabo.