Un verano caliente
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La fuga de los presos de General Alvear ha dejado expuesta una crisis de fondo: un Estado entero -con su Justicia, su policía y sus partidos- ha mostrado su completa descomposición.
Los Macri o Vidal no pueden ni quieren terminar con esa podredumbre. La razón es sencilla: necesitan de esos mismos aparatos para aplicar un ajuste contra los trabajadores.
De la carestía de estos meses, a los despidos y tarifazos, en la nafta y en la luz.
Los jefes kirchneristas “protestan”, pero sólo lo hacen por sus prebendas y cargos. Mientras tanto, ellos mismos fogonean el ajuste. Como Alicia Kirchner en Santa Cruz. Como Szpolski en el Grupo 23. Como los intendentes del conurbano.
Este verano caliente, de luchas y conmociones políticas, deja conclusiones esenciales .
Los cómplices de narcos, barrabravas, jueces y policías corruptos no tienen autoridad para ajustar.
Preparemos la lucha por el derecho al trabajo, por el salario, contra los tarifazos.
Reforcemos nuestra organización política propia, e independiente del Estado y los partidos del ajuste.