Políticas

11/11/1987|206

Una cita con los usurpadores de Malvinas, el narcotráfico y el genocidio

¿Para qué se reúne en Mar del Plata la Conferencia de Ejércitos Americanos?

Según su agenda para debatir los “métodos para combatir el terrorismo en América, utilizando las experiencias tanto militares como legales de los países del mundo que la sufren”. A renglón seguido abordará la “simbiosis” del terrorismo y el narcotráfico, la penetración “subversiva” en los medios de comunicación y de la cultura y otras yerbas parecidas. Esto ocurre, mientras los “demócratas” se pavonean con una supuesta derogación de la doctrina de seguridad nacional. Precisamente en estos días cobró fuerza la noticia que sería sancionada una ley complementaria que autorizará la utilización de las FFAA en la represión interna. Según El Cronista Comercial (6/11), este será el obsequio de la democracia que Caridi entregará a la reunión de Mar del Plata.

El pretexto del narcoterrorismo ha servido para desplazar tropas norteamericanas a Bolivia y militarizar a Perú y Colombia. En todos los casos se verificó que las vinculaciones del narcotráfico son los altos mandos militares y los bancos yanquis, que son quienes mueven los narcodólares. El caso Sivak ha vuelto a probar que los contrabandos de drogas están a cargo de los ex grupos de tareas.

Para el alfonsinismo, la Conferencia de Mar del Plata es una oportunidad para estrechar vínculos con el imperialismo norteamericano y reintegrar a las FFAA argentinas al dispositivo militar norteamericano. Esta es una condición que el Pentágono ha impuesto para tomar a su cargo la mediación con Gran Bretaña en relación a Malvinas. Veremos si los malvineros de Rico y Cía se pronuncian contra esta conferencia, visto su carácter de entrega de la soberanía territorial. Después de esta Conferencia volverán las operaciones militares conjuntas y los’ créditos norteamericanos para reequipara las FFAA argentinas.

El arte de la democracia consiste, como se ve, en esgrimir los objetivos de paz de Contadora para mejor servir de pantalla a los agresores de Centroamérica; en hablar de soberanía nacional y pactar con los que sostienen la usurpación de Malvinas; en reivindicar el estado de derecho y albergar a los que organizaron el genocidio militar; y en suscribir proclamas de paz y desarme y colaborar con quienes preparan la guerra contrarrevolucionaria continental.