Políticas

12/7/2001|713

Una crisis mundial

La caracterización oficial de la cesación de pagos de la Argentina, afirma que se trata de un problema estrictamente local, que obedece a un manejo inadecuado del gasto público. Lo que se pretende con este planteo es ocultar el carácter social de la crisis, es decir su carácter capitalista, que se manifiesta como tal en el hecho de que la crisis es mundial, o sea que tiene que ver con el modo de producción y organización social de la economía internacional.


En Estados Unidos, sus compañías capitalistas declararon la bancarrota de 53.800 millones de dólares en los primeros seis meses de este año (Financial Times, 11/7). La proyección anual es holgadamente superior a los 131.800 millones de dólares del año pasado y se prevé que los niveles de bancarrota seguirán creciendo en el 2002 y en el 2003. Precisamente por esta razón, el crédito ha caído acentuadamente en EE.UU.: la emisión de deuda comercial, concretamente, se contrajo un 5,1% cuando el año pasado había aumentado un 25%. Otra manifestación de esta crisis de financiamiento es el derrumbe de las bolsas mundiales. En una palabra, son los grandes capitales norteamericanos los que tendrán que “vivir con lo puesto”. Pero la depresión del crédito como consecuencia de la cesación de pagos anticipa un proceso de deflación comercial y de depresión industrial. La mayor o menor velocidad de este proceso, dependerá naturalmente de la evolución de las relaciones recíprocas entre los tres principales polos capitalistas: EE.UU., Europa y Japón. Desde ya que la economía europea marcha claramente a una recesión y la japonesa vive la depresión más larga de toda la historia de la economía mundial.


La novedad de los últimos días es el comienzo de la recesión industrial en el sudeste de Asia (los famosos “tigres”). El producto bruto ha caído por dos trimestres consecutivos en Singapur, Taiwán y Tailandia, mientras que en Corea del Sur y Hong Kong el crecimiento productivo se está acercando a cero (FT, 11/7). Estas caídas son un reflejo de la caída de la demanda internacional de los Estados Unidos. Más allá de esto, la crisis ha cobrado una fuerza inusitada en Brasil, Chile y Uruguay, como lo demuestra la empinada desvalorización de sus monedas. En definitiva, también enfrentan una cesación de pagos. Para un banquero alemán, “este es el momento más frágil en los mercados emergentes… y la situación podría empeorar (FT, 10/7). En promedio, los países más débiles están pagando un 13% de interés anual *800 puntos por encima de la tasa que paga el Tesoro norteamericano.


La creciente crisis internacional se manifestó, el fin de semana último, en una nueva ronda de caídas bursátiles, lo que desató comentarios catastrofistas en los principales diarios del mundo.


Los límites de la política cavallana están determinados, en última instancia, por la enormidad de la crisis capitalista internacional en su conjunto, precisamente la que ha llevado a esa política a sus sucesivos fracasos.