Políticas

27/10/2011|1200

Una enorme marcha popular

La movilización por el primer aniversario del asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra resultó multitudinaria y produjo un enorme impacto para el conjunto de la opinión pública. Cuando la cabecera de la marcha llegó a Plaza de Mayo, la movilización se extendía por doce cuadras a lo largo de la Avenida de Mayo. Por la composición de la marcha y por su contenido político fue, como lo observaron numerosos marchistas, una suerte de 24 de Marzo. La lucha por Mariano se ha convertido en la bandera de toda una generación militante. Por su magnitud y repercusión política, la marcha del 20 se ha incorporado a las grandes movilizaciones obreras y democráticas, como el 24 de Marzo o las marchas por Jorge Julio López.

Las columnas

La movilización fue encabezada por una fuerte presencia de representaciones obreras antiburocráticas, comenzando por las agrupaciones de oposición a Pedraza en el ferrocarril. En primer lugar, Causa Ferroviaria-Mariano Ferreyra, así como el cuerpo de delegados de TBA encabezado por el “Pollo” Sobrero, la Bordó del Roca, la agrupación 4 de Octubre y la Violeta. Entre los presentes, se veía a los dirigentes de los diferentes núcleos de tercerizados ferroviarios que participaron de la lucha por el pase a planta. También fue significativa la presencia de los compañeros de la Línea 60 -cuyo cuerpo de delegados viene sufriendo una ola de aprietes por parte de la burocracia y la patronal. Los delegados de la 60 venían de convocar a un masivo plenario en solidaridad contra el brutal ataque a los familiares de uno de sus miembros, el que decidió, como primera iniciativa, concurrir a la movilización por Mariano. También estaban los compañeros de Ecotrans, con sus delegados a la cabeza, y los tercerizados aeronáuticos de HAS, en lucha por el pase a planta permanente, entre otros sectores del activismo obrero. El movimiento estudiantil se hizo presente de un modo organizado, con columnas de jóvenes que marcharon con la Fuba, con la federación platense, la coordinadora secundaria y sus diferentes centros de estudiantes. Detrás, marcharon cientos de organizaciones de izquierda.

La columna del Partido Obrero sobresalió por su masividad y composición (más de cinco mil compañeros), en especial de la juventud trabajadora y estudiantil de la provincia y la Capital, por un lado, y de numerosos núcleos de lugares de trabajo y de los barrios de la provincia de Buenos Aires. Un dato general de la movilización -que también se reflejó en la columna del PO- fue la participación de miles de personas que asistieron de manera espontánea para dar su apoyo a esta lucha, la que se ha convertido definitivamente en una causa popular.

Lucha política

La victoria de esta convocatoria realizada por el PO y decenas de organizaciones de izquierda, sindicales y de derechos humanos deja muy claras conclusiones políticas.

Desde el minuto siguiente al crimen de Mariano, el gobierno -que nunca condenó políticamente a Pedraza- se lanzó en cambio a atacar al PO por todos los medios que tuvo a mano. El ministro Tomada lamentó un “enfrentamiento” y esta tesis nunca fue abandonada. La repitieron los escribas oficiales -Galasso, Verbitsky- al interpretar el crimen como una respuesta a la “violencia del PO y los tercerizados”, y la refrendaron sus funcionarios y jueces cuando procesaron a los luchadores ferroviarios en diciembre y, más recientemente, detuvieron a Sobrero. En esa misma línea, quisieron introducir una cuña política -y hasta jurídica- en la lucha por el juicio y castigo a los asesinos. Aunque Pedraza está preso, la Justicia y sus fiscalías ligadas al gobierno han trabajado cuidadosamente para dejar afuera de la causa principal al aparato represivo del Estado. Los policías imputados están siendo procesados por un delito menor y, hasta hace una semana, eran defendidos por abogados del ministerio de Garré. Los K quisieron crear un “espacio de condena” al crimen de Mariano que, a la vez, aislara al PO y a los luchadores antiburocráticos. Pero incluso para ese propósito mezquino, el gobierno debía distanciarse de los Pedraza. En cambio, mantiene a sus personeros en puestos clave del sistema ferroviario. El kirchnerismo necesita de la burocracia sindical como instrumento de regimentación de la clase obrera, aun a costa de encubrirla en sus crímenes más aberrantes. Como consecuencia de ello, el aniversario del crimen de Mariano encontró al campo oficial en notorio silencio. La Presidenta dijo, días atrás, que octubre era “un mes difícil” en relación directa con la muerte de Néstor, pero no por Mariano Ferreyra. La Cámpora o la CGT-Yasky sólo transitaron el terreno de los comunicados, pero no le pusieron el cuerpo a la movilización. Colocaron por delante los acuerdos con el gobierno y con Moyano. Ni hablar de la oposición patronal, la que guardó un riguroso silencio que se extendió desde Carrió a Binner.

A partir de lo anterior, el 20 de octubre encontró a todas las vertientes del movimiento de lucha por Mariano marchando junto al PO y a las demás organizaciones convocantes. Entre ellos, los diferentes grupos de tercerizados ferroviarios que quisieron ser cooptados por el gobierno en los meses posteriores al crimen. Por su parte, la familia de Mariano envió un caluroso saludo a la marcha, que reivindica toda la lucha emprendida en este año por el juicio y castigo.

La movilización fue un fuerte golpe a los intentos oficiales por culpar al PO y escindir la causa por Mariano. La marcha se produjo un día después que la Justicia puso fecha, para febrero próximo, al juicio a Pedraza y la patota. O sea que la jornada del 20 le imprimió un fuerte impulso a la lucha por la condena de todos ellos y a la tarea de llevar al banquillo a la policía y los empresarios. La figura de Mariano y la lucha que él encabezó no han podido ser sometidas a las manipulaciones del “relato oficial”.