Según el Indec, en diciembre, la canasta básica alimentaria y la canasta básica total percibieron un incremento del 30% y del 27% respectivamente con respecto al mes anterior. Así, la primera se ubica en $240.000 para una familia tipo y la segunda en $495.000.

Este aumento, producto del incremento del 118% en el precio del dólar aplicado por Caputo y de la desregulación de precios que impulsa el gobierno, rompe un nuevo récord y le asesta un golpe mortal a los ingresos de la población, que ya venían siendo pulverizados por la inflación. El desmadre parece no tener techo.

Sin embargo, distintas consultoras afirman que gran parte de la inflación de diciembre se verá arrastrada en enero, lo que vaticina que este nivel de incrementos podría mantenerse o incluso crecer. Además el gobierno prepara nuevos boletazos y tarifazos que se trasladarán a los hogares y a todos los precios en general, se vale de la estampida inflacionaria para seguir licuando los salarios, ofreciéndole mano de obra barata a las patronales, y las jubilaciones y los planes sociales, en pos de cumplir con el brutal ajuste fiscal.

Este cuadro se expresa en la caída del 10% de los ingresos reales de los hogares para fines de 2023, lo que se traduce en un incremento de 6 puntos en la pobreza, es decir 2,8 millones de nuevos pobres. Según las proyecciones, este año la pobreza finalizaría con el 50% o más de la población urbana y para el primer trimestre de 2024 podría rondar entre el 55 y 60%. Estos datos surgen de la elasticidad ingresos/pobreza en base a las últimas mediciones del Indec.

Así, Milei, quien prometía terminar con la inflación y sacar al país del pozo donde nos hundieron quienes nos vienen gobernando hace 40 años, agravó exponencialmente la situación y envió a más de la mitad del país a la pobreza. De aprobarse la Ley Ómnibus y el DNU impulsado por el Ejecutivo, la perspectiva es que esto solo empeorará y las penurias sobre la población se recrudecerán.

Es por eso que este fin de semana se llevará adelante el plenario convocado por el Sindicato del Neumático, al cual asistirá el movimiento piquetero, para discutir un plan de lucha que enfrente la ofensiva del gobierno contra nuestros ingresos y nuestras condiciones de vida. La unidad entre ocupados y desocupados es el camino.

En ese sentido, trabajadores, jubilados y desocupados debemos tomar en nuestras manos el paro del 24 de enero convocado por la CGT y garantizar una movilización histórica que quiebre los planes del gobierno y garantizar la continuidad de esta pelea para que el ajuste no lo paguemos las mayorías.

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