Políticas

7/7/2007|894

Una fructífera reunión de Patricia Walsh y Altamira


 


El martes 29 de marzo tuvo lugar, en la sede central del Partido Obrero, una reunión de alcances muy positivos, en la que participaron la diputada por Izquierda Unida, Patricia Walsh, y Marcelo Ramal y Jorge Altamira, por el PO.


En el curso de la reunión, que duró poco más de cuatro horas, Patricia Walsh realizó un examen exhaustivo de la situación de la izquierda y de los desafíos que presentan las elecciones parlamentarias de octubre. Se detuvo, naturalmente, en el tema de las internas que propone el Partido Obrero para formar un frente de izquierda y los movimientos de lucha. Dejó claro que era escéptica sobre las posibilidades electorales de la izquierda en la Ciudad si no concurría unida. No dejó ninguna duda con relación a su diferenciación política del centroizquierdismo, en todas sus variantes, y respecto de todas las iniciativas que se conocen para mezclar a la izquierda con el centroizquierda. Hicimos ver, de nuestro lado, la importancia que le adjudicábamos a esta definición política. Destacó, agudamente, que no le parecía apropiada la posición de vetar la propuesta del PO, de una interna en la Ciudad, con el argumento excluyente de que el frente debía ser nacional, cuando IU había considerado legítimo, dijo, hacer un frente con el PS, en las elecciones pasadas, limitado sólo a la provincia de Buenos Aires.


A requerimiento de la compañera, subrayamos, por nuestra parte, nuestra expectativa de que el conjunto de la izquierda y los luchadores desarrollaran contribuciones propias a la presentada por el PO y de que se abriera un debate. Hubo una coincidencia tajante en la necesidad de reclamar que las definiciones de la izquierda y los movimientos de lucha no se dilaten en el tiempo y que los acuerdos deben quedar cerrados a fines de mayo, a más tardar. Quedó establecido un compromiso de colaborar recíprocamente en los esfuerzos por un frente de izquierda y los movimientos de lucha.


Contrariando la lógica opinión popular en la izquierda, de que el tiempo que dura una reunión es directamente proporcional a las divergencias que se exponen en ella, lo que motivó en esta ocasión que la reunión se prolongara fue el interés de ambas partes por los análisis y posiciones que se estaban considerando.


 



El martes 29 de marzo tuvo lugar, en la sede central del Partido Obrero, una reunión de alcances muy positivos, en la que participaron la diputada por Izquierda Unida, Patricia Walsh, y Marcelo Ramal y Jorge Altamira, por el PO.


En el curso de la reunión, que duró poco más de cuatro horas, Patricia Walsh realizó un examen exhaustivo de la situación de la izquierda y de los desafíos que presentan las elecciones parlamentarias de octubre. Se detuvo, naturalmente, en el tema de las internas que propone el Partido Obrero para formar un frente de izquierda y los movimientos de lucha. Dejó claro que era escéptica sobre las posibilidades electorales de la izquierda en la Ciudad si no concurría unida. No dejó ninguna duda con relación a su diferenciación política del centroizquierdismo, en todas sus variantes, y respecto de todas las iniciativas que se conocen para mezclar a la izquierda con el centroizquierda. Hicimos ver, de nuestro lado, la importancia que le adjudicábamos a esta definición política. Destacó, agudamente, que no le parecía apropiada la posición de vetar la propuesta del PO, de una interna en la Ciudad, con el argumento excluyente de que el frente debía ser nacional, cuando IU había considerado legítimo, dijo, hacer un frente con el PS, en las elecciones pasadas, limitado sólo a la provincia de Buenos Aires.


A requerimiento de la compañera, subrayamos, por nuestra parte, nuestra expectativa de que el conjunto de la izquierda y los luchadores desarrollaran contribuciones propias a la presentada por el PO y de que se abriera un debate. Hubo una coincidencia tajante en la necesidad de reclamar que las definiciones de la izquierda y los movimientos de lucha no se dilaten en el tiempo y que los acuerdos deben quedar cerrados a fines de mayo, a más tardar. Quedó establecido un compromiso de colaborar recíprocamente en los esfuerzos por un frente de izquierda y los movimientos de lucha.


Contrariando la lógica opinión popular en la izquierda, de que el tiempo que dura una reunión es directamente proporcional a las divergencias que se exponen en ella, lo que motivó en esta ocasión que la reunión se prolongara fue el interés de ambas partes por los análisis y posiciones que se estaban considerando.