Políticas

4/12/2014|1343

Una ley para medio millón de trabajadores


En la mayor sala de audiencias, con 150 delegados y trabajadores de la construcción del Sitraic y delegaciones de la Coordinadora Sindical Clasista, presentamos el proyecto de jubilación a los 50 años, elaborado en común con los compañeros. Con la firma inicial de cinco diputados, arrancamos la lucha política por esta enorme reivindicación.


 


Hubo delegados disidentes de la Uocra. La presentación impactó en los medios de la zona sur donde es fuerte el Sitraic. Daniela Herrero replicó a sus 40 mil seguidores el tuit donde “linkeamos” la audiencia.


 


Con la ley Kirchner-Gerardo Martínez, el trabajador de la construcción no se jubila nunca. Es a los 55 años, pero requiere 300 meses de aportes que nadie reúne. Además, desde los 45 años es muy difícil entrar en una obra por el desgaste físico. Luego, el promedio de edad no tiene nada que ver con el promedio nacional, el trabajador de la construcción vive poco jubilado.


 


La ley del ex agente de inteligencia fue la parte “progre” del pacto de sangre entre el cristinismo y esta burocracia. En el canje entró la reforma reaccionaria de accidentes de trabajo, la vista gorda del trabajo en negro, los salarios de hambre, la cobertura en la causa por ex agente del Batallón 601, la impunidad de las patotas, las paritarias a la baja para todo el movimiento obrero y el derrumbe de las obras sociales, incluida la derrumbada obra social de los albañiles.


 


El proyecto presentado es revolucionario. Computa un año de aportes con seis meses trabajados, continuos o alternos. Esto es decisivo, porque el trabajador de la construcción termina una obra y no sabe cuándo empieza otra. Muy a menudo, los compañeros atraviesan largos períodos changueando en negro hasta tener otra obra en blanco. Buena parte de quienes se avienen a las moratorias previsionales son obreros de la construcción que empiezan así a pagar su propia jubilación, cobrando una miseria. La actual ley de jubilación en la construcción es parte de la destrucción del sistema por el que progresivamente pasamos de una jubilación a una pensión asistencial para la tercera edad.


 


El kirchnerismo y toda la burguesía opositora, cínicamente, se oponen a este tipo de mejoras aduciendo que quebraría la Anses. Nuestra ley prevé un aporte patronal adicional, que es el 1% de la facturación de cada obra, algo que encuentra antecedentes en la derogada ley de financiamiento de la Obra Social Bancaria con un porcentaje de los débitos bancarios.


 


Esto, no obstante la necesidad de terminar con el trabajo en negro, la evasión patronal y la reposición de los aportes patronales que rebajó el menemismo. Todo esto permitiría devolver el 82% móvil también para el obrero de la construcción. Nuestra ley es parte de la lucha estratégica del Partido Obrero y el Frente de Izquierda por la recuperación del sistema jubilatorio.