Políticas

11/8/2005|912

Una lucha de todos

Salario y jubilación mínimos iguales al costo de la canasta familiar

Durante más de veinte años, el Partido Obrero reclamó un salario mínimo que fuera igual al costo de la canasta familiar.


En julio de 2000 presentamos para eso un proyecto de ley en la Ciudad.


Hoy, esa reivindicación es común a las luchas de los trabajadores.


Es el reclamo fundamental de dos de las principales luchas del momento: la de La Fraternidad y del Garrahan, que piden los 1.800 pesos mínimos que cuesta vivir.


Fue la reivindicación que impusieron los trabajadores de Metrovías y de varias fábricas automotrices.


El gobierno, por su lado, la combate con todas las armas del terrorismo mediático y político.


El salario de los trabajadores del Estado es, sin embargo, la mitad de esa canasta.


La mitad de los asalariados argentinos gana menos de 500 pesos al mes, con una mayoría que está en negro, pero incluso con un 30% de trabajadores registrados en blanco.


Pero la línea de la pobreza está calculada en 750 pesos mensuales.


El gobierno combate la reivindicación del salario igual al costo de la canasta familiar aún a sabiendas de que esos 1.800 pesos son, para los pulpos exportadores, una suma devaluada, porque equivalen, en dólares, a la mitad de lo que se necesitaba para vivir en 2001.


Cuánto más vociferantes son sus discursos, más ataca Kirchner a los trabajadores que luchan por el más elemental de los reclamos: que el trabajo permita cubrir, como mínimo, el costo de la canasta familiar.


Se trata, ni más ni menos, de la consigna que condensa la lucha por la supervivencia del pueblo argentino.


El Partido Obrero está completamente jugado al apoyo de esta reivindicación, con dos agregados: que el salario mínimo se ajuste mensualmente con la inflación.


De lo contrario, esa inflación se ‘come’ una proporción enorme del salario en el período de vigencia del convenio laboral.


El otro agregado es que los jubilados deben cobrar, como mínimo, el 82% del salario mínimo, o sea por arriba de 1.600 pesos.


Después de todo, las AFJP están ganando sumas extraordinarias invirtiendo en títulos indexados y la Anses tiene un superávit de 2.500 millones de pesos.


Los trabajadores activos y los jubilados tienen más derecho a una remuneración vital que los gerentes del Banco Hipotecario, que acaban de ser ‘premiados’ con 14 millones de pesos cada uno.


Las ganancias de los capitalistas son las mayores de la historia, sean ellos banqueros, industriales o agrarios.


Si el capital no es capaz de asegurar la simple supervivencia de los trabajadores que explota y que ha explotado, el comando de la sociedad tiene que pasar a las manos de los que viven de su trabajo.