En el marco de la corrida cambiaria y el escenario al borde de la hiperinflación, Milei se aprovecha de la situación para proponer dolarizar la economía. Como esto ya lo han hecho países como Panamá, Prensa Obrera se comunicó con Gustavo, trabajador del transporte de la capital panameña, para consultarlo sobre los ingresos de la población y los precios.

Allí, Gustavo denunció: “Para rentar un apartamento y vivir tranquilo, deberías ganar arriba de 1200 dólares. El salario mínimo hoy acá está en 574 dólares y hay gente que vive con menos, con 400 dólares, por ejemplo, o con 350, como los campesinos agricultores (sembradores y cosechadores) de las provincias. La pasan mal. Pocas personas ganan arriba de 1000 dólares”.

Esta es la muestra cabal de que la dolarización pulverizó los salarios, mientras preservó los precios. En el supermercado, el café de 400 grs los panameños la están pagando 7 dólares, los 18 huevos 3,85 dólares, la sal 0.65 dólares, el litro de leche 1,70 dólares, y el dulce de leche 1,12 dólares. Esta compra usual de lo que podrían ser los desayunos de una semana para una persona, equivaldría a un 2.4% del salario mínimo. Es decir, un trabajador le destina 1 de cada 10 dólares de sus ingresos al mes.

Gustavo también nos orientó sobre el precio de los alquileres en Panamá: “El alquiler promedio en la ciudad de Panamá, por apartamento, va desde 400 dólares (dos ambientes). En las afueras de la ciudad, las casas se alquilan desde 250 dólares pero el tráfico para viajar al centro de la ciudad son como 2 horas en la mañana y 2 horas en la tarde, y se pierde un montón de calidad de vida en esos viajes todos los días. Los apartamentos para alquilar de sala comedor, 3 recamaras están entre usd900 dólares y 1500 dólares por mes. Mucha gente o los migrantes lo que hacen es alquilar un departamento de estos entre 3 personas y pagan 300 dólares cada uno”.

Esto significa que un alquiler se llevaría, en el mejor de los casos, un 50% de un salario mínimo. En el caso de una familia, donde se necesitaran al menos 3 ambientes, dos salarios mínimos irían a parar solo al alquiler. A esto hay que sumarle la comida y los servicios. Gustavo afirma que paga 35 dólares de luz por mes por un consumo mínimo: heladera, luces y ventilador. Esto representa un 6% del salario mínimo panameño.

A su vez, en Panamá la dolarización destruyó cualquier atisbo de industria nacional, por lo que el país se vale exclusivamente de la importaciones. Por este motivo, solo recibe divisas a través de los peajes que cobra por el Canal de Panamá, que constituyen alrededor de 9 millones de dólares diarios, y se suman los ingresos en dólares que generan las off short y el lavado de dinero.

Queda claro entonces que ganar en dólares no implica un salto en el poder adquisitivo. En Argentina la situación se agravaría además producto de la acuciante crisis de reservas (por la fuga de capitales, el pago de la deuda externa y la venta de divisas para contener la brecha cambiaria). Milei dice que no haría falta una mega devaluación, a condición de endeudar al país en más de 30.000 millones de dólares, una deuda que después habría que pagar y se sumaría a la situación de quebranto de la Argentina. Por eso, las proyecciones más optimistas respecto a la dolarización prevén que esta podría aplicarse llevando el precio de cada dólar a $3000, y las más realistas proyectan un dólar a $10.000. El ingreso medio de la población, de poco más de $90.000 (según cifras del Indec), superaría apenas los 30 dólares por mes por persona. Si se tratara de la conversión del salario mínimo, este apenas llegaría a los 27 dólares por mes.

Si una dolarización implicaría de movida una desvalorización de los salarios, con los precios no sucedería lo mismo. Los alimentos, más aún si se eliminan la retenciones como propone Milei, se regirían en base a las cotizaciones internacionales de las materias primas. Los bienes no se depreciarían, porque incluso los que no son importados y se fabrican en Argentina tienen la mayor parte de sus componentes traídos del exterior. Los servicios como la luz y el gas ya tienen su insumo base en dólares, por lo que seguirían los tarifazos para reducir los subsidios.

Así, vemos que allí donde se aplicó la receta de la dolarización tuvo como principales víctimas a los trabajadores. Quienes se beneficiarían de este proceso son, en primer lugar, los bancos y todos los que especulan con la deuda pública, y más en general los capitalistas que pasarían a pagar salarios devaluados.

La dolarización de Milei es una estafa para quienes viven de su trabajo, que no te vendan gato por liebre.

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