Políticas

7/7/2007|898

Una provocación para romper el Frente

Gladys Marín, como excusa


El semanario del PC dedica una página de su edición del 28 de abril a lo que llama “un desagravio necesario” a la memoria de Gladys Marín, secretaria general del PC de Chile, recientemente fallecida, frente a “las falsedades sobre la vida de la compañera publicadas en la prensa del Partido Obrero” (Propuesta, Nº 723).


 


Quien se tome el trabajo de leer la página dedicada al tema encontrará, sin embargo, una sola refutación a lo publicado por Prensa Obrera en distintas ediciones (números 893 y 896). PO dice: “En 1959, cuando triunfa la Revolución Cubana, Marín denuncia al Movimiento 26 de Julio como 'aventurero' y a Fidel Castro como 'pequeño burgués', incluso llega a acusarlo de infiltrado de la CIA” (Nº 893). Responde Propuesta: PO “pone en boca de Gladys expresiones sobre el Movimiento 26 de Julio cubano cuando la compañera tenía ¡quince años!” Gladys Marín nació en 1941, en 1959 tenía 18 años, hacía largo rato que era dirigente de la Juventud Comunista, y no hacía más que repetir la posición oficial de la burocracia stalinista en ese momento.


 


El PC cree que a sus dirigentes hay que canonizarlos y no discutirlos políticamente. ¡No han dejado de ser stalinistas!


 


De todos modos, lo de Gladys Marín es sólo un pretexto. La dirección del PC trata de disciplinar el debate sobre el frente de izquierda con una provocación al PO. Han sido infructuosos todos los esfuerzos de la dirección del PO, hasta ahora, para lograr una entrevista formal con la dirección del PC para tratar la propuesta de frente u obtener una respuesta oficial. Sólo un editorial de un mes atrás, puso al PO entre “las dos alternativas que los comunistas no contemplamos en nuestra política electoral” (Propuesta, 31/3).


 


El corazón del problema: un armado para impedir no ya el Frente de izquierda, sino incluso el debate en torno a él. La dirección del PC quiere llevar a sus militantes a un Frente Amplio, incluso con elementos clericales, no a un Frente de izquierda; pero tropieza con la fundición del Encuentro de Rosario y las contradicciones que este planteo suscita en el resto de la izquierda.


 


Finalmente, en su provocación la dirección del PC llega al punto de señalar “la carencia absoluta de ética y moral revolucionarias” en el PO (ídem anterior). Nosotros, los del PO, no recibimos lecciones de moral y ética revolucionarias de los herederos de Stalin, de los verdugos de revolucionarios en la Guerra Civil española (Victorio Codovilla), de los cómplices de la entrega de la guerrilla del Che en Bolivia, o de los colaboradores de la última dictadura militar.


 

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