UOM, no es por lo que luchamos

El secretariado nacional de la UOM firmó un aumento del 18% escalonado en cuatro cuotas hasta el mes de marzo de 2010, con las cámaras metalúrgicas, que exceptúa a la rama siderúrgica.

Establece tres cuotas mensuales de 200 pesos no remunerativas correspondientes a los meses de abril, mayo y junio (esta cifra será absorbida por los 500 pesos que homologó el Ministerio de Trabajo el 22 de junio para que las patronales lo pagaran a cuenta del acuerdo paritario). Las patronales deben entonces, de los primeros tres meses de acuerdo, la cifra de 100 pesos.

El segundo tramo del acuerdo será para julio, agosto y septiembre, cuando se abonarán tres cuotas fijas no remunerativas de 250 pesos. En el tercer tramo, en octubre, noviembre y diciembre, se percibirá un aumento al básico del 12%, más el 4% ya acordado en la paritaria anterior para todas las escalas exceptuando al operario. Finalmente, en un cuarto tramo, enero, febrero y marzo de 2010, un 6% también incorporado al básico.

El aumento real de bolsillo al operario metalúrgico, tomando el promedio de todo el año, es exactamente del 14,5% de su sueldo. Pero sólo seis meses de este acuerdo (desde octubre) son computables a los efectos de aguinaldo, vacaciones y aportes jubilatorios, pues los primeros seis meses del acuerdo son sumas fijas.

Los operarios están exceptuados en este acuerdo del 4% por categoría que habían quedado pendientes de la paritaria anterior. Es decir que más del 70% del gremio cobrará este anualizado del 14,5%.

El acuerdo profundiza claramente un ataque a los básicos de convenio y oficializa un verdadero desguace de la paritaria, que a los efectos del básico sólo dura seis meses, pues el primer semestre del acuerdo son sumas fijas. El acuerdo también profundiza el achatamiento de las escalas salariales. En el ‘75, la diferencia entre el operario múltiple y el peón era del 56% del salario del bolsillo, y este acuerdo final deja establecida una diferencia por convenio de menos del 30%.

El acuerdo llega por la conjunción de dos fuertes factores de la crisis política argentina. La burocracia sindical flexibilizó al máximo su reclamo original, bajándolo del 22 al 14,5% real para el operario. Y las cámaras patronales llegan al acuerdo tomando nota de que se estaba gestando un conflicto obrero de una magnitud enorme, por el potencial en ascenso de las movilizaciones metalúrgicas y los reclamos de profundización de una huelga que ya se reclamaba que fuera general y se transformó en la verdadera paritaria testigo, suplantando el “clásico techo” que impuso Moyano en 2008 y que volvió a repetir en 2009.

El conflicto no obtuvo lo reclamado, pero no se va a reabrir. Se cierra con una perspectiva clara de ascenso en todo el gremio, que no deja bien parada a la dirección burocrática de la UOM, que además carga con el fardo de una brutal entregada ante las cámaras siderúrgicas, donde están firmando una sucesión de actas que han transformado las suspensiones en endémicas.

Hoy se está discutiendo en centenares de talleres la necesidad de elección de delegados en los términos del convenio de la UOM. Los paros pusieron al rojo vivo esta necesidad.

La tendencia a elegir delegados en las plantas es tan fuerte que la propia burocracia del gremio ha reclamado inconstitucionalmente que sea requisito estar afiliado para ser delegado, no sólo al sindicato sino también a la Obra Social, algo absolutamente ilegal en la medida que existe una desregulación de las obras sociales y cualquier trabajador está en condiciones legales de optar.

El conflicto deja planteado, más que nunca, reforzar la tendencia a la elección de delegados y un pliego de reclamos de cada planta. Las bases del gremio de la UOM se han puesto de pie. Esto también es un formidable paso adelante para la clase obrera argentina, pues instala la metodología del paro y la movilización frente a una crisis que se la quieren pasar integralmente a los trabajadores.

Juan Ferro