Políticas

3/6/1992|358

Usuarios telefónicos: “Sofía, llévatelos…”

Desde hace unos 20 días vecinos de Almagro, Palermo y otros barrios de la Capi­tal se están movilizando porque sus teléfo­nos no funcionan desde hace meses. Han realizado cortes de calles, asambleas y jor­nadas de agitación. “Igual que en la época de ENTEL estatal”, declaró un usuario, pero con tarifas que la privada llevó a las nubes. El semanario “El Economista” (29/5) dice que Telefónica es —por patrimonio, ventas y uti­lidades— la firma de mayor magnitud que cotiza en Bolsa. “Aún resulta sorprendente para muchos la capacidad de Telefónica para obtener utilidades”, comenta.

Pero no hay ninguna magia cuando los incrementos tarifarios han llevado a que el servicio sea de los más caros del mundo. “…Los costos se redujeron 2% respecto del trimestre anterior” (Ídem), pero no por nuevas inversiones sino por un aumento de la superexplotación del trabajador telefónico y el congelamiento de los salarios. En el lapso de un año han prolongado la jomada laboral en una hora y media diaria para cubrir las cesantías masivas.

Dibujo

Las inversiones son nulas, las pocas anunciadas están “dibujadas” por sobrefacturaciones que paga Telefónica a contratistas, que son empresas asociadas. Trabajadores telefónicos denunciaron a Prensa Obrera, por ejemplo, que la empresa SINTELAR, subsidiaria de Telefónica, factu­ra 56 dólares la hora-hombre, mientras un telefónico cobra menos de 600 dólares por mes. Con el agravante de que Telefónica provee a la “contratista” de herramientas, materiales y hasta uniformes de trabajo. SINTELAR trae personal extranjero (chileno) de mucha menor capacitación que los nacio­nales. “En Álvarez Thomas y Forest serrucharon un cable que abastece s 2200 abonados y en Maipú y Corrientes arrui­naron 18 cables de los 20 de una caja, que luego tuvo que reparar personal de Telefónico”, denunciaron los compañeros.

El 114

Otro fraude denunciado por los trabaja dores de FOETRA son las maniobras con el servicio de Reparaciones. Los reclamos al 114 quedaban registrados en un listado verificable y se suspendía la facturación a partir de la comprobación de que el teléfono no funcionaba. Con la llegada de Telefónica empezaron a borrar loe listados manipulando las computadoras para “disminuir” los índi­ces de abonados fuera de servicio. Ante las denuncias de los trabajadores se suprimió el registro automático y pasó a ser un servicio manual, atendido por un operador, de difícil acceso y sin registros precisos. Una estafa.

Así cualquiera

Conclusión, las ganancias de Telefónica del último trimestre “equivalen a un incre­mento del 73% en la rentabilidad respecto del primer balance anual, alcanzando la cifra de 70 millones (para un trimestre)” (El Economista).

Superexplotación, congelamiento sala­rial, tarifazos, evasión de impuestos, nulas inversiones y pésimo servicio, es la realidad de la privatización telefónica. La privatización sólo ha servido para descapitalizar al país y llenar de coimas los bolsillos de los funcio­narios corruptos.

Movilización

La justa lucha de los usuarios que reda­man el derecho a tener un servicio telefónico que funcione debe ser apoyada. Plantea la necesidad de reclamar la devolución de los abonos del tiempo fuera de servicio. Y em­prender una acción de masas por la reduc­ción de las tarifas siderales y parasitarias impuestas por los pulpos y el gobierno contra la población. “Sofía, llévatelos” gritaban los manifestantes de Almagro aludiendo a la rei­na española y los usureros de la Telefónica.

La privatización menemista es un fracaso. Debe plantearse la renacionalización de los teléfonos que, ha quedado demostrado, puede ser una importante fuente de capitali­zación nacional. Pero en manos del Estado capitalista fueron vaciados y saboteados. Son los trabajadores, como telefónicos y como usuarios los únicos interesados en el buen servicio, con reducción de tarifas y un plan de desarrollo nacional. Ellos deben dirigir la telefonía.