Políticas

12/1/2017|1444

Vaca Muerta: en qué consiste la “revolución del trabajo”


La burguesía, con otra suba en la Bolsa impulsada por las petroleras e YPF, ha saludado el anuncio del relanzamiento del proyecto de Vaca Muerta. Los capitalistas que pelean por el reparto del negocio petrolero -y todos los otros- han venido coincidiendo en la necesidad de atacar las condiciones laborales. El convenio que acaba de firmar el burócrata petrolero Guillermo Pereyra es una avanzada estratégica de las patronales, desde el momento que significa el mayor ataque al régimen de trabajo y al salario de los trabajadores producido hasta el momento (ver nota aparte). No es el único, si se toma en cuenta lo firmado en Chubut y el convenio laboral firmado por esta burocracia y las de Mendoza y Salta para las perforaciones tradicionales -allí se estableció, por primera vez, la anulación del pago por las horas de viaje o descanso. Pero, en todo caso, nunca se llegó tan lejos. En un salario que tiene como piso un básico del orden de los 6.000/7.000 pesos, la reducción de ingresos para el trabajador sea por los turnos de ocho horas o por la eliminación de las horas taxi significa una rebaja salarial del orden del 30 al 40 por ciento.


 


A cambio de esta entrega de conquistas, el burócrata petrolero Pereyra no pudo exhibir siquiera el compromiso de las patronales de no despedir durante los dos años de vigencia del convenio.


 


Aun así, las patronales petroleras van por más. Concretamente, plantean la desafectación de los trabajadores periféricos de los yacimientos que hoy están encuadrados en el convenio -enfermeros, seguridad-, así como la tercerización de otras tareas como el montaje y desmontaje de mantas (una valla para evitar que el petróleo contamine el suelo).


 


No sólo Macri y Pereyra


 


Daer, uno de los triunviros de la CGT, acaba de validar el convenio de Vaca Muerta por el precio (en baja) del petróleo, planteando el principio de la evolución del salario en función de los vaivenes del mercado: “Si se recupera el valor del petróleo, se recuperará el valor del salario”. Acuña, otro de los triunviros, no llegó a esta bestialidad, pero planteó que la burocracia se opondrá a la nueva ola de flexibilidad laboral en el Congreso, lo que es un pasaje a una vía muerta. Pereyra es hombre de Moyano, Daer y Acuña son del Frente Renovador. Massa no ha dicho una palabra, como tampoco Stolbizer. Todo el arco político de la burguesía acompaña la flexibilización, que se intenta extender a otros sectores industriales, como la electrónica (Tierra del Fuego) o el calzado con la excusa, en este caso, de enfrentar a la competencia internacional.


 


5.000 millones


 


Esta es la cifra que el Presidente pudo anunciar como inversión en Vaca Muerta durante este año, bien que sin anunciar su procedencia. Sin embargo, uno de los mayores expertos en Vaca Muerta y protagonista del frente Cambiemos declaró que desenterrar los recursos de la cuenca exige un flujo de inversión anual de 8.000 millones como mínimo (Emilio Apud, La Nación, 18/11/16).


 


Este solo dato revela que Vaca Muerta no se empantanó por ausencia de flexibilidad laboral alguna, sino por la crisis capitalista internacional, una de cuyas manifestaciones es la sobreproducción de los hidrocarburos “no convencionales” y el derrumbe de sus precios.


 


Rescate


 


Para cosechar esa pobre inversión, el gobierno otorgó un conjunto de beneficios excepcionales a los monopolios gasíferos y petroleros: entre ellos, accedió al reclamo que el grupo Techint realizó en la reciente reunión de la Asociación Empresaria Argentina, por un precio de referencia para el gas natural de 7/7,5 dólares la unidad calórica, un importe por encima incluso de lo que cuesta importarlo. La ecuación oficial, en definitiva, se resume a otorgar a las petroleras un precio del gas tres veces superior al internacional y un salario de los trabajadores petroleros reducido en un tercio. En esa línea, el gobierno ha dispuesto un nuevo aumento en el precio de las naftas -un 8%- dentro de un “sendero” de otros tres aumentos en el año. Así, el gobierno otorga a los pulpos un precio que supera en un 15% el precio internacional. Pero, además, ha eliminado las retenciones a la exportación de petróleo y gas, lo que elimina de las arcas del Estado un monto del orden de los 500.000 dólares.


 


En aquel encuentro empresario, sin embargo, Paolo Rocca pidió algo más: que el Estado regule el mercado del gas para uso industrial y le asegure a los grandes usuarios un precio en boca de pozo similar al de Estados Unidos (hoy en 3 dólares). Dujovne ya declaró que el tema está “en estudio”. Este “sendero” replica a los gobiernos K, que hicieron del subsidio a las petroleras, gasíferas, generadoras y distribuidoras una política de Estado. Finalmente, el acuerdo entreguista entre los “nacionales y populares” y Chevron, lejos de ser anulado, ha sido generalizado por los “republicanos” de Cambiemos.


 


Un programa


 


Los anuncios son un golpe a los trabajadores y al conjunto de la Nación. Pretenden abrirle camino a una reforma laboral reaccionaria y a una política de aumentos de tarifas y subsidios que acentuará la carestía, el parasitismo y el dislocamiento industrial del país. Planteamos el rechazo al convenio de Vaca Muerta y sus pares, la apertura de los libros del conjunto de las empresas vinculadas con la energía. La salida más racional y productiva a la crisis es la nacionalización integral de la energía, bajo el control de comisiones de trabajadores electos y revocables.