Políticas
11/2/2022
Vaca Muerta: nuevos gasoductos, viejas entregas
Al servicio del pacto colonial con el FMI.
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Acuciado por el pacto con el FMI y garantizar las divisas para los pagos, el gobierno nacional a través de una Resolución de la Secretaría de Energía y un “inminente” DNU presidencial, ha lanzado al ruedo la construcción de un nuevo gasoducto que parta desde Neuquén hacia el AMBA y el Litoral.
El costo total de la obra según el Secretario de Energía de la Nación, Darío Martinez, sería de U$S 1.566 millones. Según el mismo funcionario ya habría transferido desde el Tesoro a IEASA (Integración Energética Argentina S.A., que sería la concesionaria del ducto) fondos por unos U$S 1.200 millones al cambio oficial correspondientes al 25% del “aporte solidario” establecido por la ley 27.605. Dicha ley los otorga a IEASA para el sector gasífero y ésta los debe aplicar en acuerdo con YPF S.A.
Se contempla también otra serie de obras relacionadas a la capacidad de transporte de gas, entre ellas la expansión en la provincia de Santa Fe del gasoducto Centro Oeste que parte de Neuquén y la ampliación de capacidad de transporte del gasoducto Neuba II que también parte de Neuquén con obras de estaciones compresoras. En total, con todas las obras terminadas, se ampliaría el volumen transportado en 44 millones de m3/día, aunque en la primera etapa sería la mitad de ese volumen. Hasta acá los anuncios oficiales.
Del papel al hecho
TGN (una controlada de Techint, que completaba el negocio proveyendo los caños) lo ofertó a la ex Enarsa a mediados del año 2018. El nuevo gasoducto lleva ya más de tres años de anuncios, y ha cambiado su trayecto y fuentes de financiamiento varias veces. Incluso se puso como fecha de inauguración, cuando se anunció por primera vez, la de mediados del año pasado. También ha variado su precio. Antes era de U$S 1.800 millones. Ahora es casi U$S 250 millones menos. Se mencionó que una parte sería financiada por EE.UU., incluso que sería financiado por las propias operadoras de Vaca Muerta.
Hasta hace apenas unos meses (en noviembre de 2021) la iniciativa era conjunta de la provincia del Neuquén e YPF S.A.: “estamos trabajando con Pablo (González) en un histórico pedido de toda la industria, que no es fácil de concretar, pero lo estamos poniendo en la agenda para concretarlo, que es la construcción de un nuevo gasoducto”, dijo el gobernador Omar Gutiérrez (Boletín de prensa oficial Neuquén Informa, 4/11/2021). Todavía estamos en un “próximo llamado a licitación”.
Con lo cual confirma lo que Prensa Obrera afirmó desde un principio: pasan los inviernos y aún en la provincia de Vaca Muerta, los días de temperaturas extremas de frío, se reduce el valor calórico del gas domiciliario por debajo de las calorías que factura Camuzzi S.A., porque los volúmenes de consumo superan la capacidad de transporte.
Y está claro que aún con “próxima licitación”, el invierno que viene los anuncios oficiales no tendrá dichas obras en funcionamiento. Tal vez, en el mejor de los casos, sea para el invierno del 2023, en pleno año electoral. Que seguramente será pródigo en corte de cintas y fotos de campaña.
Apuntan hacia afuera
No es la cobertura de las necesidades populares lo que anima estos anuncios. En las barriadas de Neuquén Capital, y peor aún en el interior, la imagen de largas colas para conseguir garrafas para calefaccionar o cocinar es una postal cotidiana. Esto ocurre porque miles de familias carecen del servicio de gas por redes. Localidades asentadas prácticamente sobre los yacimientos, carecen del servicio en amplios sectores de su población.
Por lo tanto, como lo indican los destinos de los ductos actuales y los nuevos, todo apunta a la exportación de gas hacia Brasil, Uruguay, Chile, y más allá a destinos como Europa, Centroamérica, etc.. La recaudación de divisas es el norte que guía todos los anuncios. Es decir, el acuerdo y las imposiciones del FMI mueven la mano que firma los DNU y los contratos. De ninguna manera lo es la “soberanía energética”, sacrificada al pacto colonial.
La soberanía energética arrancaría por la expropiación de toda la industria del sector, bajo control obrero, así como de la banca y el comercio exterior. Pero esa es una tarea que este gobierno del FdeT (tampoco JxC que votará con las dos manos el pacto colonial), ni los charlatanes de los Milei pueden llevar adelante.
Es una tarea del movimiento obrero y la izquierda. Somos parte de ello.
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