Políticas

24/2/2021|1616

Editorial

Vacunagate: es el sistema, estúpido…

Cuando la bronca popular se hace sentir ante el desvío de vacunas en favor de los funcionarios y su círculo íntimo, el Presidente calificó como “una payasada” la investigación de la Justicia, de todas maneras de dudoso final. Aunque se vio forzado a despedirlo de su cargo, Fernández salió a defender a Ginés González García, elogiándolo como un gran ministro, a pesar de que la pandemia dejó a la Argentina entre los países más afectados del mundo, tanto de contagios como de número de fallecidos.

Carla Vizzotti, la inverosímil viceministra no enterada del vacunatorio en el piso aledaño a su oficina, se sumó al operativo rescate no reconociendo conducta dolosa alguna, sino “una situación excepcional que fue corregida”. La vicejefa del vacunatorio VIP acuñó también la categoría de “funcionario estratégico”, para justificar la impunidad de su ministerio a tiro de allanamiento y extenderla al gobierno entero. Duhalde fue breve: pregúntenle al gobierno.

El escenario mexicano elegido para el giro presidencial solo ha dado más trascendencia internacional a semejante crisis de gabinete, que mereció la tapa del Financial Times. Y una bofetada de AMLO, el presidente mexicano, diciendo en las narices de Fernández que no puede haber privilegios en la administración de la vacuna, para despegar de su alicaído socio del más alicaído grupo Puebla.

Es que es un régimen VIP, como titula la tapa de esta edición de Prensa Obrera. La lista de los funcionarios de todas las generaciones y posiciones vacunados irregularmente empieza a hacerse interminable, desde el procurador del Tesoro Carlos Zanini -vacunado como “personal de salud” junto a su mujer-, pasando por la familia de Duhalde y la del empresario Florencio Aldrey, el gobernador Jorge Capitanich, hasta ignotos intendentes y concejales de La Cámpora en el interior bonaerense, los diputados santacruceños Juan Vázquez y José Bodlovic y toda su familia o el grupo sub-40 que rodea al ministro Martín Guzmán, de 38 años. Por supuesto no podía faltar la burocracia sindical con la notoria familia Moyano y varios otros. Y, para decorar la lista sin fin, dos miembros de la Corte de Justicia bonaerense, Hilda Kogan y Luis Genoud.

La cuestión, que impacta de lleno en el Frente de Todos, ha empezado a averiar naves de la oposición, como el también vacunado (fuera de toda población de riesgo) Pablo Javkin, intendente de Rosario por el Frente Cívico fundador de la impoluta Coalición Cívica de Elisa Carrió. También al gobernador Juan Schiaretti y sus funcionarios, incluyendo una larga lista de sindicalistas de la UEPC, el sindicato docente oficialista cordobés. Y al jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, con la inexplicable vacunación de Amadeo Genta y su hijo, mientras muchísimas enfermeras y enfermeros de la Ciudad que el burócrata traiciona todos los días aún no han sido vacunados. En la cuenta de Larreta y Fernán Quirós además está el hecho de haber suscripto convenios privados con siete prepagas y obras sociales para que vacunen a sus afiliados, cediendo el control del Estado de las prioridades de vacunación y estableciendo una objetiva diferenciación de clase entre los que pueden pagar una prepaga y los que tienen que esperar turno en los vacunatorios públicos. Una réplica PRO de la privatización norteamericana del sistema de vacunación del país líder en la pandemia, con medio millón de muertos.

La confluencia de todo un régimen político y social se expresa en el Vacunagate. Más allá de que escándalos de este tipo han estallado también en Chile, Perú, Italia y España, en la Argentina es el resultante de una combinación: el fracaso de los negocios secretos en la adquisición de vacunas con la corruptela de las camarillas capitalistas gobernantes. Ginés fue lobista del acuerdo con AstraZeneca, vacuna que se produce localmente en el laboratorio del empresario Hugo Sigman, socio de Carlos Slim, amigo de Cristina y anfitrión de AF ahora en México. De esa vacuna han llegado unos centenares de miles cuando se produjeron millones y mucho antes llegaron a las Malvinas para la mitad de su población. En cambio, los grupos de investigación que se esfuerzan por fabricar una vacuna a nivel local no cuentan con ningún apoyo del gobierno. Es un hecho ilustrativo que Cuba haya logrado una vacuna y Argentina no. El desmantelamiento del aparato de investigación científico referido a vacunas viene de largo aliento. El difunto Carlos Menem dio pasos clave en ese desmantelamiento y no fue revertido por los gobiernos kirchneristas. El atraso ruso con la entrega de vacunas es materia conocida.

Y esta confluencia tuvo un antecedente parlamentario semicolonial votado por ambas orillas de la grieta, la aprobación de la Ley 27.573 que le dio impunidad e inmunidad a los monopolios multinacionales, renunciando a los tribunales locales en caso de controversias. Todo el régimen político argentino se adaptó a un sistema repugnante que se desnuda ante una pandemia que acabó con la vida de millones de seres humanos: las patentes, las fórmulas secretas de los avances científicos, la apropiación de las potencias imperialistas del 75% de las vacunas cuando hay 120 países que no recibieron ni una y hasta la compra del triple de su población como es el caso de Unión Europea.

 

 

La apresurada compra de las vacunas chinas y su destino a parte de los docentes, cuando no se ha terminado con el personal sanitario, ni siquiera en el Posadas, tratan de apagar el incendio cuyas llamas se extienden en las llanuras de un país décimosegundo en contagios y décimotercero en muertes a escala mundial.

Con el Frente de Izquierda, el Partido Obrero plantea la anulación de las patentes, el financiamiento de la salud y la vacunación mediante el no pago de la deuda externa y un impuesto progresivo a grandes rentas y fortunas, y planteamos a todas las organizaciones obreras y populares, luchar por el control del personal de salud del plan de vacunación.

Atado con alambre

Pareciera sorprendente que mientras bajan los dólares alternativos, los bonos del canje “rinden” hasta el 20% en dólares, debido a que nadie los quiere, lo que ha llevado el riesgo país a niveles anteriores al canje, más de 1500 puntos. Lo cual, se sabe, deja al país afuera del mercado internacional de deuda y encarece el crédito y la producción de las empresas capitalistas.

Es que la llamada “pax cambiaria” es el resultado de una nueva bicicleta, el más creativo oficio del capitalismo criollo. Las garantías del ministro de Economía de que el dólar en el año aumentará el 25%, contra una inflación prevista del doble, armaron un negocio. Los especuladores se desprenden de los verdes ante la garantía del “dólar Guzmán” al que podrán volver en el momento adecuado, tal vez algo antes de la conversada fecha electoral. Y colocan esos dineros en bonos atados a la inflación que el propio Banco Central estima (REM) en un 50%. Negocio redondo. Mientras la Anses y el Central intervienen en el escueto mercado financiero reventando activos contra los argentinos y los jubilados.

La vuelta al dólar de los especuladores en el momento adecuado repetirá a su turno una historia conocida cada vez que se pisa con bicicletas el precio del verde. A este nuevo sendero de futuras presiones devaluatorias agreguemos que la Banca Morgan, que maneja obviamente mejor información que el resto de los mortales, afirmó que a mediados de febrero las reservas líquidas del Central estaban en 700 millones de dólares. Nada. Inexistentes para un país de la magnitud del comercio exterior argentino, porque a pesar de que Miguel Pesce, presidente del Banco Central, está logrando comprar dólares, hace varias semanas se van por el resumidero de las deudas privadas, con el FMI y otros organismos.

Todo atado con alambre. Al mismo tiempo, los bancos han podido redondear la nada despreciable cifra de ganancias de 220 mil millones de pesos en 2020 debido a los intereses de las Leliqs que en este momento ascienden a 2,7 billones (Ambito, 24/2), mientras le robaron 98 mil millones a los jubilados. Por otra parte, el mago Guzmán logró superávit fiscal primario en enero, lo cual tuvo que ver con una liquidación excepcional de exportaciones que casi no existieron en diciembre por la gran huelga aceitera. Pero no solo por eso, está pisando el gasto social y de obra pública y castigando con tarifazos que se suceden en las naftas, las telecomunicaciones y ahora entre el 50 y 70% en la luz de 4.000 grandes consumidores, aumentos que de cabeza irán a los precios, porque se trata de las empresas formadoras de esos precios. Es un menú explosivo de ajuste presentado en la mesa con el FMI. ¿Se puede creer, en este cuadro, en el 29% de inflación prometido?

Nada de pacto social, intervengamos los trabajadores por lo nuestro

El día mismo del vacunagate, horas antes, lanzaron el Consejo Económico y Social superpreparado por el funcionario de la ONU imperialista, ahora ministro pejota-kirchnerista, Gustavo Béliz. Pero nació muerto, no solo por el lugar ocupado por las vacunas VIP, sino porque de antemano se borraron los principales popes del empresariado y tampoco está la oposición patronal en un emprendimiento de tipo “consultivo, de largo plazo, para políticas de Estado”, como ellos lo han definido. Solo se ven sentadas allí a todas las alas de la burocracia sindical y aún piquetera, como Esteban Castro, de la CTEP. La autoridad política del gobierno ante las masas para encarar el demorado pacto social ha sufrido un golpe demoledor con el vacunagete.

En paralelo se desenvuelven las reuniones del otro engendro del pacto social, el acuerdo de precios y salarios, mientras marchamos cómodos en una inflación crucero del 50/60% anual después de diciembre y enero al 4% y un cortito febrero que se anuncia en 3,5%. La CGT deja pasar por alto que a los jubilados se les viene un 8% en  marzo contra un trimestre muy superior, a los docentes universitarios un 7% después de un semestre que no bajará del 20%. Y pacta paritarias al 29% en cuotas, como la de Bancarios, solo disimulada porque sus sueldos superan la miserable media argentina.

Con su paritaria ni un milímetro desplazada de la pauta, Palazzo se postula para un cuarteto cegetista cuando se termine la interminable prórroga de mandatos sindicales. Solo de eso se habló en la “mesa ampliada” de la central que deliberó después del escándalo. Eso sí, celebraron la formación de la CGT en la Antártida…

Los trabajadores que no llegan a fin de mes tienen otras preocupaciones. La lucha salarial docente que se extiende por todo el país, secundada de cerca por las exigencias contra una presencialidad sin condiciones, recorre Mendoza, Chaco, Neuquén, Catamarca, Misiones, se prepara en Santa Cruz y será motivo de debate en un gran plenario de la Multicolor de los Suteba Combativos mientras se conoce esta edición. Una vez más, los docentes, en condiciones difíciles de pandemia, marcan la agenda del movimiento obrero. Algo que marcaron el Sutna y la huelga aceitera en 2020. El formidable XIII Congreso de Tribuna Docente ha planteado ruptura con el gobierno y plan de lucha nacional a Ctera.

El Partido Obrero y la Coordinadora Sindical Clasista, junto al Polo Obrero, que ha protagonizado en primera fila un piquetazo monumental el 18 de febrero pasado, están en una campaña de preparación y lucha entre los trabajadores. Por su salario y por trabajo. Por un salario equivalente a la canasta familiar, por imponer las cláusulas de ajuste automático que han sido entregadas en la mesa del pacto social, por paritarios y pliegos de reclamo votados en asamblea, por un aumento de emergencia para activos y jubilados, por la movilidad de jubilaciones, Asignación Universal por Hijo y planes sociales por inflación.

El 26, en Parque Lezama un plenario de organizaciones de desocupados, convocado por el Frente de Lucha Piquetero, reunirá miles de delegados que debatirán un programa y plan de lucha contra el hambre y el ajuste, por trabajo genuino y contra el pacto con el FMI. La convocatoria contará con sectores que denuncian la cooptación del Trío Vaticano integrado al funcionariado de Desarrollo Social y coincide con la crisis de la llamada “cuarta pata” de ese trío, que ha empezado a denunciar al pacto social. El movimiento de desocupados es el sector más dinámico de la lucha obrera de hoy, pero seguramente, como en otras etapas, anticipará la lucha del resto de los trabajadores, todos afectados por la descarga de la crisis sobre sus espaldas. En ese camino estamos empeñados.