Políticas
25/10/2022
“Van a volver las piedras”, el desafío de Macri a los trabajadores durante la presentación de su libro
Desde La Rural, Macri auguró nuevos ataques a las mayorías.
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Macri en la presentación de su libro "Para qué".
La Rural fue el escenario escogido por Mauricio Macri para lanzar una declaración de guerra contra el conjunto de los trabajadores. Lo hizo en el marco de la presentación de su nuevo libro, “Para qué”, donde prescribió avanzar en un compendio de reformas antiobreras y en la privatización o cierre de empresas estatales.
“Van a volver las piedras, los mafiosos ya anunciaron que nos preparemos (…). Si nosotros no logramos una sociedad sin privilegios y sin mafias, nadie va a invertir”. En tono amenazante, el exmandatario hizo alusión a las jornadas de lucha del 14 y 18 de diciembre contra el robo a los jubilados para augurar nuevos golpes a la población trabajadora. Macri propone culminar la tarea que se propuso durante su mandato, la de liquidar las conquistas obreras; tarea que quedó inconclusa ya que se interpuso en el camino la rebelión popular de 2017. Aunque interesadamente se refirió a ella como obra del peronismo, expresando “ningún progre nos corre más”, lo cierto es que dicha gesta expresó un principio de ruptura con la contención de la burocracia sindical peronista, la cual rápidamente inició el operativo “hay 2019” para sacar al movimiento obrero de las calles y canalizar el descontento social por medio del voto al Frente de Todos.
Además, vuelve sobre la falacia de que reduciendo el “costo laboral” los empresarios se aprestarían a invertir, cuando la propia experiencia macrista demostró lo contrario. El ajuste desatado bajo su gobierno no atrajo la “lluvia de inversiones” prometida, lejos de eso, en dicho período proliferaron los cierres de empresas acarreando miles de despidos y se produjo una fuga de capitales de 80 mil millones de dólares.
En su discurso se mostró partidario de “privatizar o cerrar” Aerolíneas Argentinas, lo cual nos trae reminiscencias de las privatizaciones y cierres durante el menemismo, que destruyeron millones de fuentes de empleo generando una verdadera masacre social. Los dichos de Macri van en línea con el planteo de un sector de la clase capitalista que aboga por terminar con todo vestigio de intervencionismo estatal. La burguesía que hizo fortunas con el “ciclo populista”, ahora apuesta por la libre circulación de capitales y rematar las pocas empresas estatales que quedan como vía para maximizar sus beneficios y obtener nuevas fuentes de negocios.
El “resurgimiento del ideario liberal” que mencionó el líder del Pro se asienta en el descrédito en el que cayó el “Estado presente” del kirchnerismo ante los ojos de la población; no podría ser de otra manera puesto que se trató de un “estatismo” al servicio de las patronales, del rescate de la deuda usuraria y de la corrupción alrededor de la patria contratista y las concesionarias del transporte y la energía, que no le dio salida alguna a los grandes problemas de las masas. La misma corriente “nacional y popular” que hoy gobierna bajo la tutela del FMI y la banca, aplicando un ajuste de gran envergadura contra las mayorías.
Ahora bien, debemos denunciar la impostura de que Macri y los suyos intenten presentarse como variante de recambio frente a este fracaso, omitiendo que cuando fueron gobierno hundieron al país. El expresidente fingió horrorizarse cuando dijo que “vamos hacia el 50% de pobreza”, sin mencionar que durante su gestión la pobreza y la indigencia aumentaron 5 puntos y 2 puntos respectivamente. A su turno, creció el endeudamiento en dólares y se contrajo el préstamo fraudulento con el FMI, cuyas consecuencias las pagaremos los trabajadores durante décadas. Al mismo tiempo, se olvida que el entramado de corrupción que envuelve al kirchnerismo también involucra a empresarios del propio riñón macrista, como Calcaterra y Caputto.
Con su prédica rabiosamente antipopular, Macri buscó recoger el apoyo del empresariado de cara a los comicios de 2023, mostrándose como quien puede desenvolver más consecuentemente sus aspiraciones. Ahora bien, cuando fue presidente no reunió los recursos políticos para llevar adelante esa agenda de shock y su gobierno sucumbió ante las “piedras” que ahora vaticina que volverán a ser lanzadas. Lo anterior está en la base de la crisis que asola a Juntos por el Cambio, donde un sector pugna por integrar al peronismo como elemento de contención de las masas, consciente de la posibilidad latente de que se produzca una rebelión popular.
Desde el Partido Obrero, dedicamos todos nuestros esfuerzos para que el pueblo se levante contra los agravios insoportables que reciben de parte de los políticos capitalistas que defienden el programa del FMI, y que, finalmente, se abra paso una salida de los trabajadores a la crisis.
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