Políticas

24/5/2025

Vanina Biasi a la Legislatura: la campaña como una lucha política

Un recorrido por los principales elementos de una intervención que depositó nuevamente al Frente de Izquierda-Unidad en el recinto.

Cierre de campaña

La campaña electoral realizada por el Partido Obrero permitió darle al Frente de Izquierda un intenso destaque en las recientes elecciones de la Ciudad de Buenos Aires. Con una fuerte participación en actividades barriales, debates en colegios, recorridas de hospitales y actividades en lugares de trabajo, debates en diferentes medios y programas de streaming la campaña encabezada por Vanina Biasi logró llamar la atención, más allá de la enorme cantidad de listas y candidatos. También estuvo atravesada por ataques que nunca antes había vivido la izquierda con tanta saña de parte del empresariado mediático sionista, que lanzó una campaña especial contra nuestra candidata por ser una referencia de la defensa del pueblo palestino y el reclamo del fin del genocidio protagonizado por el Estado de israel.

Derecha y medios y peronismo

La elección de CABA estuvo fuertemente caracterizada por una dispersión de las fuerzas de la derecha, tanto aquellas vinculadas a MIlei y al gobierno nacional como al macrismo y al Ejecutivo porteño. Algunos debates y salidas mediáticas de nuestra candidata fueron viralizados por golpear con contundencia a este sector (uno de los ejemplos que más envergadura tomó fue el debate con Ramiro Marra en TN). El debate de Vanina con Manu Jove en Blender (movilero de TN que hizo maniobras y ataques mediáticos al Polo Obrero y al movimiento piquetero) cumplió una función reivindicatoria frente a las piqueteras de los barrios humildes de la ciudad, contra quienes se dirigieron sus falsos informes y operetas mediáticas, frente a un gran sector de la sociedad, que detecta el discurso y el accionar de este operador de Magnetto y la Daia. El alcance y destaque mediático de la campaña de Vanina ha sido de los más relevantes de la izquierda en la Ciudad.

Tratamos de usar la campaña para explicar puntos de vista de clase elementales que fueron ocultados detrás de la campaña derechista en la ciudad: la demonización de la pobreza es un recurso derechista que no es patrimonio de los que están hoy. Trabajando con un racismo más o menos sutil, el ataque a los pobres ha sido de una tónica que algunos quisieron llamar “crueldad” pero que tiene un objetivo de clase que buscamos denunciar. La campaña contra la gente que tiene que vivir en las calles por empobrecimiento o contra quienes viven en las villas es parte de un operativo político destinado a que los vecinos de la ciudad corran el foco de los verdaderos ocupantes del suelo porteño. En ese foco deberían estar los sectores que desde Puerto Madero obtienen propiedades y tierras a precio de remate para luego obtener de parte de la legislatura modificaciones del Código Urbanístico. Esto ha vuelto inhabitable a la ciudad.

También nuestra campaña buscó ofrecer un análisis profundo y una delimitación clara con la lista del peronismo de Leandro Santoro, que fue con una lista disfrazada de vecinalista, estrategia que no le sirvió para conquistar el objetivo de ganar la elección. El candidato de Olmos se mostró en una suerte de “oposición amigable” en el que llegó a decir que Manuel Adorni hacía bien su trabajo y que Silvia Lospennato era una buena diputada nacional. El ausentismo de la cabeza de lista del peronismo cada miércoles con los jubilados y en todas las luchas del movimiento obrero no sorprende, pero no dejó de ser un factor de clarificación política tomada por nuestra campaña.

La banca de diputados que Vanina ocupa hace un año fue otra tribuna de lucha que se anexó a la campaña: se destacó Vanina contra Martín Menem, en apoyo a los jubilados y en sucesivas intervenciones contra el régimen político.

Una campaña colectiva y de lucha

Un dato no menor de la batalla política que libramos es que de 40 días de campaña nuestra principal candidata cayó enferma con una neumonía bilateral casi la mitad del tiempo de la misma. Gracias a un trabajo colectivo de largo alcance, la campaña pudo continuar. Esto incluyó a candidatos como Luca Bonfante, que se destacó en el debate al que se vio obligado a asistir defendiendo la trayectoria del Frente de Izquierda (sin focalizar tanto en planteos de “tibieza” de los partidos patronales), Tatiana Fernández Martí, que jugó un papel de candidata central en cada una de las actividades y salidas mediáticas, Alejandro Lipcovich, que se concentró en una intervención política de la campaña en el sector de salud pero eso no lo privó de jugar un rol más general y muchos otros compañeros que dieron la talla.

Buscamos que la campaña fuera el vehículo de la defensa de las luchas en curso y las salidas mediáticas fueron usadas para reivindicar la gran lucha de jubilados y jubiladas, denunciar las represiones, apoyar a los trabajadores del Hospital Garrahan, los reclamos de los trabajadores textiles, a los manteros desplazados brutalmente o a los vecinos de Flores norte que sufren la ocupación del espacio público por parte de empresarios que están destruyendo un barrio tradicional de la ciudad.

Los lugares elegidos para una campaña de este tipo tienen un peso. Ni lobbys empresariales con sectores de poder: nuestra campaña recorrió las villas de la ciudad, los hospitales, los colegios, las esquinas de cada uno de los barrios, el subte, las universidades, las plazas (como fue el festival migrante de Virreyes). Pedimos en varios medios hablar de inseguridad, señalando que la misma viene desde el poder del Estado y la complicidad de la policía corrupta de la ciudad que habilitó 17 fugas de cárceles en un año, con condenas a perpetua por gatillo fácil, dejando zonas liberadas como ocurre hoy en la Villa 21 y otros.

Los resultados obtenidos ameritan, como siempre, una parte de la atención. Y está bien que así sea. El Frente de Izquierda logró entrar a la Legislatura. Es cierto: no pudo renovar una banca de las dos que ponía en juego. Sin hacer ni un autobombo ni una falsedad del tema, no deja de ser igual de cierto que solamente cinco de diecisiete fuerzas entraron y que la nuestra fue una de ellas.

Se quedaron sin ingresar, además, sectores con muchísimos más recursos y lobbies mediáticos que el Frente de Izquierda. Es imposible soslayar este elemento. Lucille Levy, con el aparato radical y los recursos de la UBA puestos al servicio de una campaña, con el aval del sionismo, no entró. Ramiro Marra y Yamil Santoro, apalancados por el macrismo para una división de los votos, tampoco. Kim, candidato de Moreno con el récord histórico de minutos en los streamings en relación a votos sacados, se quedó afuera.

Límites y perspectivas

La campaña del Frente de Izquierda no tuvo un eje común, militado por todos sus integrantes. Nuestra propuesta de una campaña unitaria, colocando el eje en golpear a Milei y a Macri con la izquierda no fue tomada homogéneamente por todos los partidos del FIT-U. Esto plantea la necesidad de un balance, más cuando en una campaña hegemonizada por la derecha agrava las dificultades para un avance de la izquierda. El PTS eligió otro eje de campaña. Sus materiales e intervenciones giraban en torno a consignas vacías tales como “contra la resignación”, “por la resistencia”, contra los “viejos vinagres” y los “tibios”. La delimitación clara con el peronismo era reemplazada por frases más propias de libros de autoayuda. No es un problema de grados (lo tibio es más caliente que lo frío pero no lo suficiente) ni de generaciones o desánimos: hay una complicidad con el gobierno de Milei y la derecha a partir de pertenecer a una misma clase. Pensar así las cosas podría ayudarnos primero a una campaña común (algo que tuvo una infinidad de límites por parte de los compañeros del PTS, que rechazaron nuestras propuestas de festivales en las universidades y muchas otras actividades de todo el Frente) y a priorizar lo político por sobre otras cosas: la ausencia de Myriam Bregman en el bunker por una elección más baja de lo esperado coloca la prioridad en la imagen y no en la unidad de clase del frente. Hemos propuesto y seguimos proponiendo un Congreso del Frente de Izquierda para discutir estos problemas y todo lo que se plantee, de manera colectiva.

La campaña del FIT-U conducida por el Partido Obrero buscó no solo desarrollar un programa sino explicar que sin la organización popular directa en los barrios y lugares de trabajo no hay cambio ni lucha real que pueda ejecutarse. La victoria del gobierno nacional y el avance en las políticas del plan Motosierra requieren más que nunca la necesidad de construir una oposición popular en la calle para derrotar a Milei y a sus cómplices. Con la premisa de que solo colaborando con la sublevación del pueblo argentino la izquierda puede abrirse paso con una construcción real, entendemos que los tiempos que corren requieren de la pelea por la independencia política de la clase obrera y de la derrota del plan Motosierra. Por eso nos dedicamos a lo que nos dedicamos, diciendo que a Milei y a Macri se les pega con la izquierda. Los resultados obtenidos son la punta de lanza para avanzar en esa orientación y estarán al servicio de esa pelea.

Argentina, luego de las elecciones en CABA
Editorial de Gabriel Solano en 14 Toneladas T2E15. -
prensaobrera.com