Venezuela: rechazamos la injerencia de los ajustadores
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Ya en ocasión del debate presidencial, Mauricio Macri había anticipado su intención de plantear la exclusión de Venezuela del Mercosur, alegando la cláusula que habilita a ello en caso de “interrupción del orden democrático”. Macri alude a la existencia de presos políticos -en primer lugar, de Leopoldo López. Sobre la detención y procesamiento de López existen fuertes denuncias relacionadas con la adulteración de evidencias en pos de su condena. Del otro lado, se han puesto de manifiesto las conspiraciones golpistas que involucran a esa fracción de la oposición, que ha recurrido a la acción directa para derrocar al gobierno de Maduro. En aquella ocasión, y en lugar de denunciar la maniobra, Scioli -el candidato de los ‘nacionales y populares’- guardó silencio. Los chavistas que lo llamaban a votar en la Argentina tampoco se lo reprocharon.
Algo parecido ocurre ahora con los “progresistas” del Mercosur: aunque los gobiernos de Uruguay y Brasil ya anticiparon que la aplicación de la “carta democrática” no tendría cabida, sí admitirían un “llamado de atención” a Maduro. Para Macri esto puede representar un triunfo político: una censura a Venezuela sería una señal de ‘reencauzamiento’ del Mercosur en función de los intereses de la derecha continental. Es probable que Dilma especule con que “un llamado de atención” contra Venezuela le otorgue oxígeno, de cara a su crisis interna y ante los “Macri” de su país. Aunque el tiro le puede salir por la culata, si es que la derecha ve en esa votación un gesto de debilidad. Por su parte, el canciller uruguayo dejó entreabierta una ventana al decir que “todavía están dadas las condiciones para no aplicar esa cláusula” (La Nación, 25/11). Hoy no, mañana tal vez. El desbarranque de los “progresistas” del continente es completo.
En cualquier caso, queda claro que el ingreso de Venezuela al Mercosur, que no aportó nada en términos de una integración económica soberana de los pueblos, sí ha servido para darle a las burguesías latinoamericanas, vinculadas con el imperialismo por mil lazos, un medio para intervenir en la política interna de Venezuela. Los derechos humanos son la coartada para avanzar en una ‘normalización’ económica y política del país según los intereses del imperialismo.
Anteriormente, el Mercosur había suspendido a Paraguay, después del golpe parlamentario que la derecha propinó contra Fernando Lugo. Pero enseguida, los progresistas abandonaron a su suerte al sacerdote paraguayo, a quien excluyeron de la cumbre del Mercosur desarrollada una semana después del golpe (ver PO Nº°1.246). Paraguay, ya “normalizada” por los golpistas, fue reincorporada un año más tarde. Estos son los “pergaminos” de quienes ahora quieren intervenir en Venezuela en nombre de la democracia.
Rechazamos esta injerencia, que Macri impulsa a cuenta del imperialismo, sin que ello implique de nuestra parte el menor apoyo al régimen chavista, en avanzada descomposición. Denunciamos la creación de un “régimen de excepción” en Venezuela, que no ha impedido el progreso de la desorganización económica y el saqueo del país en beneficio de una camarilla capitalista, y sirve en cambio para hacerle pasar a los explotados un ajuste brutal. Pero la superación del nacionalismo decadente no será obra de los Macri, sino de una acción histórica independiente de los explotados de Venezuela y de toda América Latina.