El lunes 20, los trabajadores del Policlínico Lomas obtuvimos un gran triunfo: los despedidos propusimos que la asamblea decidiera las medidas a tomar por la reincorporación de los trabajadores. La patronal nos intimó amenazando con llamar a la policía. Los compañeros respondieron “de acá no nos movemos”. La decisión fue armar el acampe en la puerta.

Instalamos la carpa, preparamos las alcancías, comenzó el reparto de volantes para esclarecer y llevar adelante la propuesta de los compañeros. Vinieron los medios, colocamos las banderas de la lucha, anunciamos el corte de la avenida Irigoyen para el jueves 24, fuimos al sindicato. La directiva de ATSA Zona Sur, como era de esperar, nunca apareció.

Cerca del mediodía, apareció la patronal a proponer que levantemos todo el despliegue  y que nos recibirían al día siguiente. La respuesta no se hizo esperar: si quieren que nos reunamos mañana continuamos con el plan de lucha hasta mañana. Al rato bajaron nuevamente: nos recibirían ese mismo día pero que levantáramos el acampe. Otra vez la gran firmeza de los compañeros: vamos a la reunión pero continuamos las medidas hasta que los despedidos sean reincorporados…

Habíamos ganado el primer round. Esta patronal vaciadora estaba reculando. Entre asustados por lo que se venía y preocupados por lo sucedido proponen la reincorporación de los despedidos, dejar sin efecto los telegramas enviados, que ese mismo lunes comencemos a trabajar, concretar para el día siguiente el pago a los despedidos del pago a cuenta que se había dado al resto de los compañeros. Una victoria completa. Bajamos eufóricos. La asamblea decidió levantar las medidas por ese día pero continuar con el plan de lucha inicial, porque estamos más conscientes que nunca de que la pelea recién empieza y el pliego de reivindicaciones sigue en pie.

Trabajadores en lucha del Policlínico Lomas