El gobierno comunal de Fernanda Antonijevic tenía la expectativa de que una concurrencia importante viniera a saludar en Baradero a la gobernadora María Eugenia Vidal, que recorrió algunas obras, y al ministro de transporte Guillermo Dietrich, quien abrió los sobres de la licitación para la reconstrucción de la estación de trenes que fue destruida en un incendio. Pero muy poco adeptos tuvo la iniciativa.

En cambio, un centenar de manifestantes de diferentes organizaciones sociales, políticas y sindicales (ATE, Suteba, FEB, Partido Obrero, Movimiento Evita y CTEP) y varios trabajadores de forma independiente se concentraron frente al palacio municipal para repudiar la visita de Vidal.

En la plaza Mitre se improvisó un acto, donde fuimos oradores. Marcos Carrizo sostuvo: "que Vidal y Antonijevic sepan que Baradero está de pie, venimos a repudiar su presencia porque están ejecutando un plan de guerra contra la clase obrera. Abajo los cierres de fábrica y los despidos masivos que han dejado 1500 compañeros en la calle en la ciudad y amenazan con despedir 180 más en BRF". Denunció también los despidos en el Estado a nivel nacional y planteó la necesidad de un congreso de bases de todos los sindicatos y las centrales obreras y un paro activo nacional para derrotar el ajuste. 

Aunque algunos sectores del kirchnerismo sindical se movilizaron, cabe señalar que los concejales de Unidad Ciudadana le presentaron a Vidal un petitorio solicitando más presencia policial, retenes y más vehículos, o sea un fortalecimiento del aparato represivo que Macri, Vidal y Bullrich usan contra la población trabajadora, al servicio del ajuste. La ola delictiva que atraviesa la ciudad no se resuelve con más aparato represivo, sino con el control de las comisarías y los partes policiales por parte de las organizaciones populares y de Derechos Humanos, y  la elección popular de jueces y fiscales.