Políticas

13/9/2001|721

Villa 21-24: Una lucha crucial por el techo

En la Villa 21-24, donde viven ya 7.000 familias trabajadoras, se ha puesto en marcha un fuerte proceso de organización y movilización por el traspaso definitivo de los terrenos de la Villa a sus actuales habitantes. El gobierno de Ibarra, por el contrario, quiere entregarlos a sus agentes “villeros” y a los monopolios inmobiliarios.


La Villa y el “Plan Arraigo”


En 1992, el gobierno menemista suscribió un “boleto de compra-venta” que transfería las veintisiete manzanas a una Mutual –la “Flor de Ceibo”– que quedaba facultada para recaudar el pago de las cuotas por los terrenos, y administrar la adjudicación y construcción de futuras viviendas. Menem y Grosso dilataron indefinidamente la escrituración de las tierras, hasta que la Mutual saldase la totalidad de la deuda pactada en el boleto de compra-venta. La cúpula de la “Flor de Ceibo” no tardó en transformarse en una verdadera “burocracia villera”, que actuaba como representante del gobierno en el barrio. Esa camarilla, encabezada por Guillermo Villar –secretario de la Mutual–, recibió el manejo de la asistencia social –alimentos, materiales para construcción y planes de empleo–. Del mismo modo, digitaba la adjudicación de las pocas manzanas y viviendas que se urbanizaron. La Mutual excluyó de cualquier perspectiva de escrituración de terrenos o viviendas a los nuevos vecinos que se asentaban en la Villa.


Confiscación


En 1999 se produjo el episodio más grave de esta expoliación: la Mutual firmó un nuevo convenio con el Programa Arraigo, revisando el suscripto en 1992. En él, se resolvió excluir del boleto de compra-venta a “las superficies ocupadas con anterioridad a la venta por las empresas u otros organismos ajenos al Barrio, como así también las destinadas a espacio o uso comunitario”. Se referían a un conjunto de “intrusos empresarios”, entre las que se cuenta la arenera Alegre, que pertenece al ex presidente de Boca Juniors. El nuevo pacto entre el gobierno y la Mutual le quitó una importante franja de terrenos, abriendo el paso para que “las citadas instituciones (es decir los intrusos) puedan gestionar la compra a través de los organismos competentes”. Como consecuencia del crecimiento experimentado por la propia Villa, hoy sería imposible una urbanización digna para la 21-24 sin contar con los terrenos cedidos a los privados. Pero, además, toda la Villa integra el “área de desarrollo sur”, que podrá ser adjudicada a los emprendimientos privados que impulsa la Corporación del Sur. Aunque los predios y terrenos que integran el inventario de la Corporación son un secreto celosamente guardado, es evidente que los terrenos sustraídos a los vecinos de la Villa en 1999 pueden ser parte de ese operativo inmobiliario. Arnaldo Bocco, presidente de la Corporación, ya ha anunciado para Barracas el proyecto de crear un “polo informático”. Es claro que con este porvenir “empresario” para las tierras birladas, peligra también la escrituración definitiva del resto de los terrenos que todavía pertenecen a la Mutual.


La lucha en curso


A cambio de esta cesión fabulosa de tierras, Villar recibió como “contraprestación” que desde la CMV hasta el Instituto de Acción Mutual lo perpetuaran al frente de la “Flor de Ceibo”. También integra la comisión participativa que discute el proceso de urbanización de las villas porteñas, como supuesto “representante” de la Villa 21-24.


Hace algunos meses, sin embargo, se puso en marcha un vigoroso proceso de movilización del barrio, que exige la expulsión de Villar de la Mutual y la puesta en pie de una nueva representación del barrio. Esta comisión de vecinos impulsó la organización de delegados por manzana, que ahora exige ser reconocida como la verdadera representación del barrio. También reclama un censo de toda la Villa que reconozca como habitantes de ella a las centenares de familias instaladas en los últimos años. Los Villar y las mutuales “truchas” no son más que el instrumento del gobierno y la Corporación del Sur para expulsar a los vecinos; por eso, la organización de los delegados apunta a un programa integral por la tierra y la vivienda en la 21-24.


1º) anulación del boleto “trucho” de 1999. Expulsión de los empresarios usurpardores.


2º) Escrituración y titularización de las tierras de la Villa a sus actuales habitantes.


3º) Plan de urbanización y de viviendas bajo control de las propias familias de la Villa, con cuotas que no excedan el 10% del ingreso del grupo familiar.


4º) Fuera la Corporación del Sur de Barracas y de la 21-24: que se coloquen todos sus predios desocupados a disposición de los compañeros sin vivienda.