Políticas
3/10/2018
Villa 31: el proyecto de “urbanización” del ejecutivo porteño
No a la expulsión de los vecinos en favor del mercado inmobiliario. Que el gobierno dé marcha atrás. Queremos una urbanización real.
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En las últimas semanas se ha dado a conocer el proyecto del Gobierno de la Ciudad de “regularización” de la Villa 31, que busca insertar esas tierras, que son fiscales, en el mercado.
La iniciativa ha sido denunciada por los vecinos, ya que abre las puertas de su expulsión en favor del mercado inmobiliario: el otorgamiento de “escrituras” de sus viviendas, previsto en el proyecto, se realizaría a cambio de la imposición de una hipoteca, habilitándose a su vez la venta a terceros (por el triple del costo de la hipoteca). De esta manera, la familia que en algún momento no pueda pagar se verá obligada a vender la casa donde vive. No se da en el proyecto garantía alguna del arraigo.
Esto es lo que el gobierno llama la “integración de la villa a la ciudad formal”.
El proyecto que presentan es un golpe al contenido histórico de la lucha por la urbanización del barrio. En el mismo no hay certezas de cuál es el censo que se tomará en cuenta para el proceso, y no se especifica cuáles serán las prometidas “soluciones habitacionales definitivas” para los inquilinos ni qué medidas se tomaran con los desgloses familiares para combatir el hacinamiento.
Este proyecto no deja en claro el valor del metro cuadrado que se le pretende cobrar a los vecinos, ni cuántas viviendas se van a construir –aunque, guiándonos por los números que han dado los funcionarios, apenas serían 1.000 viviendas (cuando solo por las obras que dicen que van a realizar las viviendas afectadas serian seis veces más). También deja abierta la duda sobre el destino de una cantidad de tierras que están dentro del territorio del barrio, pero que sin embargo no figuran como terrenos para las “soluciones habitacionales” en el plan de urbanización actual.
Otra de las incertidumbres es qué pasará con las fuentes de sustento que hoy tienen los vecinos, los circuitos de chatarrerías y de recolección, almacenes y negocios familiares que no están contemplados en el proyecto. Tampoco se sabe cuál será el destino de la feria, que hoy es un instrumento de supervivencia para los trabajadores precarizados del barrio y que el gobierno ha dicho que lo convertirá en un centro turístico -detrás de lo cual está la pretensión de establecer el control del mismo por parte de sus punteros, expulsando a los feriantes del barrio.
Regalan… el aire de la villa
Las garantías que no se dan a los vecinos se otorgan a los organismos de crédito. El miércoles 3 el gobierno de Rodríguez Larreta presentó otro proyecto, ahora para otorgar de forma gratuita, y por 100 años, el espacio aéreo de una parte de la villa y de la autopista aledaña para la construcción de un enorme “edificio puente” del Banco Interamericano de Desarrollo.
La edificación, además, requeriría dar por tierra con varias viviendas de la villa, para montar allí los sostenes estructurales; el futuro de quienes viven allí es incierto.
Represión y expulsión
Para imponer este proyecto han llevado adelante represiones a los vecinos en diferentes manifestaciones, aprietes de todo tipo, despidos masivos a los trabajadores del programa y han llevado adelante violentos desalojos forzosos pasando por encima de varios puntos de la ley 3343.
El proyecto que presenta el Ejecutivo es parte del plan que viene desenvolviendo el macrismo desde el principio de su gestión, que implica la expulsión por vía inmobiliaria de los sectores trabajadores de la ciudad.
Han fracaso en su objetivo de expulsarlos por la vía de la fuerza y, en la medida que la vivienda no deja de encarecerse en la Ciudad, las villas no paran de crecer. Luego de armar cercos con las fuerzas represivas para evitar que siga creciendo la población de la 31, el Gobierno de la Ciudad ha tenido que cambiar la estrategia y ahora presenta este proyecto que, con el nombre de “urbanización”, apunta a lo contrario.
Con esta crisis de fondo, de la cual es responsable, el gobierno de Larreta desespera por la aprobación del proyecto. Para ello ha seducido a todo un sector de referentes y también de punteros para que sean los defensores de este proyecto, opuesto por el vértice a la urbanización con radicación reclamada históricamente por los vecinos de la villa 31.
Por la urbanización real
Debemos desenvolver una enorme lucha y movilización para que se garantice la urbanización real que plantee el arraigo de los trabajadores a su barrio, desenmascarando el proyecto presentado.
Planteamos asambleas por manzana para organizar un pliego de reclamos y movilizar al barrio por la urbanización real, reclamamos el control vecinal de las obras durante el proceso, que todas las tierras de la 31 estén protegidas y sean de uso exclusivo para las viviendas nuevas que se deberán construir y para equipamiento comunitario, así como un relevamiento integral de cada vivienda y de los hogares del barrio para saber cuántas viviendas nuevas son necesarias. Planteamos que todos los servicios deben estar atados a la tarifa social.
No queremos ninguna hipoteca sobre los vecinos: derogación ya de los artículos 55 y 56 que establecen la misma y habilitan la venta a terceros. Reclamamos el derecho incondicional a la vivienda digna para propietarios, inquilinos y desgloses familiares.