Compañeras y compañeros:

Hemos convocado a esta movilización con la velocidad del rayo, para que este crimen no pase. A las organizaciones que nos hemos unido para concretar esta convocatoria, mi más profundo y extraordinario agradecimiento, aunque con la salvedad de que no me sorprende. No me sorprende porque generaciones y generaciones de trabajadores han vivido circunstancias como éstas y nos han dejado el legado de que la sangre de un compañero es sagrada.

Hace ocho años, un 26 de junio, nos mataron a Kosteki y Santillán. Los más jóvenes no recordarán exactamente la jornada, pero cuando vino esa represión y mataron a los compañeros, todos sentimos que se creaba en el país un clima de terror, que la dictadura, los desaparecidos, los compañeros que hemos perdido reaparecían en el escenario nuestro. Entonces, como ahora, como un resorte, al otro día, bajo la lluvia, 100 mil trabajadores vinimos a Plaza de Mayo y paramos ese terror. La misión de esta manifestación es que paremos este terror de las patotas sindicales.

Compañeros, vamos a continuar esta lucha todos los que aquí estamos presentes, todas las organizaciones. Pero quiero decirles lo siguiente: las organizaciones que estamos aquí hemos pedido una audiencia a la Presidenta de la Nación, le hemos dicho que al final de esta movilización queríamos ingresar a que nos diga cuál es la responsabilidad que piensa tomar para mandar a la cárcel a que se pudran a todos los asesinos, y no hemos recibido una respuesta positiva. Nos han mandado a Parrilli, el secretario generalde la Presidencia. Nosotros no hablamos con perejiles que nos van a contestar ‘que van a trasmitir nuestras inquietudes’. Nosotros le decimos a Cristina Kirchner que abra la puerta, que nos sentemos a la mesa y que nos diga qué van a hacer, porque han pasado 20 horas y no hay nadie preso en un crimen que ha sido filmado por toda la televisión argentina.

¡No hay nadie preso! ¿Qué van a hacer? Si la Presidenta tiene carácter -tiene personalidad, por lo menos eso es lo que ella dice- entonces nos sentamos en una mesa y nos dice qué va a hacer, porque hoy sus ministros se han pronunciado en el sentido del encubrimiento: el sumario lo hace la policía que le abrió el camino a los asesinos. Han pasado 20 horas, queremos una respuesta. Y lo digo públicamente, en lo personal, en lo político, y estoy seguro que todos ustedes comparten este sentimiento: no quiero ver iluminada la Casa Rosada, fluorescente, la quiero ver de luto ¡carajo! Porque han matado a un hijo nuestro.

Este no es el momento para pavonearse ante los turistas. Este es un momento para compartir este sentimiento de dolor porque hemos perdido a un hijo nuestro, ¡carajo! Nosotros, los que nos hemos unido en esta lucha, la vamos a seguir, nos vamos a reunir y esto no va a tener el final ceremonioso de un acto, sino que va a tener el final de la victoria: el juicio y castigo a todos los culpables.

Gracias, compañeros; gracias, compañeros.