Viva el Jujeñazo Fuera Menem-Cavallo
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La pueblada que está viviendo Jujuy ha venido a confirmar, por si hiciera falta, la incompatibilidad absoluta entre los más elementales reclamos populares y el régimen menemista.
En una provincia hambreada y sometida a una miseria y desocupación brutales, el gobierno respondió a la movilización de los estatales que reclaman la aplicación de un aumento salarial aprobado por la Legislatura con el veto de la ley y la militarización de la ciudad. La salvaje represión desatada contra el pueblo jujeño —en la que participaron la policía federal y la gendarmería— no se privó de utilizar balas —de goma y de las otras—, gases, incluso vomitivos, caballería y perros contra una población desarmada y hambrienta. El menemista Ficoseco —gobernador provincial— ha puesto al movimiento obrero fuera de la ley: después de la represión, las detenciones de activistas y dirigentes sindicales se extendieron durante toda la madrugada y los sindicatos amanecieron “rodeados” por la policía. El dirigente del Frente de Gremios Estatales —Carlos Santillán— fue detenido, golpeado y trasladado subrepticiamente a una localidad del interior de la provincia. Los salarios de los estatales jujeños son de 135 pesos .... los de los jueces de la Corte Suprema provincial de 10.000.
Después del Santiagueñazo, la pueblada jujeña ha confirmado la situación convulsiva de las masas y su tendencia a la rebelión contra el régimen menemista: para los explotados jujeños, como para los salteños y los santiagueños, la expulsión de los gobiernos menemistas ha pasada a ser una necesidad de vida o muerte.
El jujeñazo ha confirmado otra vez —y van...— la complicidad de la burocracia sindical con este régimen de hambre, miseria y represión y ha marcado a fuego, también, la ficción política de la oposición patronal al menemismo, y en particular del Frente Grande. Estos “opositores” han utilizado la campaña electoral para ocultar las luchas fundamentales que libran los explotados del interior, distraer a los trabajadores con sus recetas de “reformas” y, sobre todo, ocultar que la reforma reaccionaria que han montado Menem y Alfonsín tiene como objeto profundizar el saqueo al interior y atacar aún más a fondo las conquistas obreras y populares y la democracia política. Ninguno de los “opositores”, a excepción del FIS, ha denunciado al régimen de “genocidio social” contra el que se levantan los trabajadores jujeños.
En Buenos Aires, el ministro Ruckauf anunció que el gobierno no intervendría la provincia. Lógicamente, para reforzar el engaño del domingo, dejará esta “tarea sucia” para después de las elecciones. Como cuando intervino Santiago, podrá contar entonces, con el voto de los “éticos” del Frente Grande. Como en Santiago, la Intervención no resolverá nada sino que promoverá nuevos ataques a los trabajadores.
Inmediata libertad de todos los detenidos, fuera la represión y la intervención federal e inmediata vigencia del aumento salarial: el levantamiento jujeño, la huelga de los docentes salteños, la continuada lucha de los trabajadores santiagueños ponen sobre el tapete la necesidad de organizar un paro general de todos los trabajadores para terminar con el hambre y la miseria menemista.