Políticas

23/2/2017

VOLKSWAGEN: militarización y suspensiones


Desde las 5 de la madrugada, un enorme operativo de Gendarmería y policías se instaló sobre la Panamericana, a la altura de Pacheco.


Al menos 200 gendarmes, acompañados de carros hidrantes y de asalto y efectivos policiales estuvieron apostados en el corazón de esa zona fabril durante toda la jornada.


 El motivo para este descomunal operativo represivo fue que en el día de hoy la patronal alemana daba a conocer la lista de los seiscientos trabajadores que quedaran suspendidos por un año y medio a partir del primero de marzo. El operativo fue la respuesta a la posibilidad de que el descontento derivara en movilización y protestas. El operativo fue toda una definición política de la triple alianza patronal -burocracia-gobierno.


Las suspensiones masivas en Volkswagen son parte de un plan de ajuste que se viene desarrollando desde abril del año pasado, y que todavía no ha terminado.  El paso siguiente es ahorcar económica y psicológicamente a los suspendidos para obligarlos a que tomen el camino de los retiros voluntarios.  La burocracia del SMATA intentó presentar este esquema antiobrero  de suspensiones y retiros como la “mejor alternativa”, planteo que por supuesto no tuvo ni un mínimo de cabida por parte de los trabajadores. Desde mediados de enero, la dirección del SMATA se esforzó en vano por tratar de convencer a los trabajadores de los beneficios de este plan de ajuste, cosa que no hizo más que aumentar el repudio y la bronca. 


Como adelantamos en Prensa Obrera, la lista negra fue integrada por todos los elementos indeseables, tanto para la patronal como para la burocracia del SMATA.  El activismo antiburocrático en su totalidad forma parte de esta lista negra, junto a compañeros afectados por enfermedes laborales o que tuvieron largas licencias. El dato que confirma esto es que un grupo de trabajadores que en el día de ayer participaron en el programa de Gustavo Silvestre, Minuto Uno en C5N, donde denunciaron  que estaba ocurriendo en VW fueron suspendidos en su totalidad. Uno de ellos fue hostigado durante su jornada laboral por parte del consejo directivo, comisión interna, y activistas de la lista Verde.


El objetivo final de este reducción de personal responde a un plan de mediano plazo para aumentar los ritmos de producción y flexibilizar aun más las condiciones de trabajo, la burocracia del SMATA es tributaria de esta perspectiva. No en vano ponen a Toyota como ejemplo de la industria automotriz en la Argentina. 


Mientras los suspendidos serán presionados con una brutal rebaja salarial, los trabajadores que queden en planta serán los encargados de cargar sobre sus espaldas los costos de ajuste patronal.


Ante el hecho consumado de las suspensiones  masivas, que no son otra cosa que despidos encubiertos, es más necesaria que nunca la organización independiente de los trabajadores de VW, tanto los suspendidos como los que quedaron adentro, por la defensa real de los puestos de trabajo, el salario y el convenio colectivo y por una nueva dirección en el SMATA.