YPF: Quién da más

Lo que pone al descubierto la oferta china

“Movimiento de tenazas”. Así caracteriza un diario especializado la oferta realizada por la petrolera estatal china CNPC para comprar a Repsol la totalidad o parte de su participación del 75% en YPF, su filial argentina, “mientras su rival (la también estatal china) CNOOC también merodea alrededor (Financial Times, 3/7).

El precio ofrecido es, simplemente, enorme. “Presupone que la compañía vale en total más de 22.000 millones de dólares. Cuando el grupo Petersen compró su parte, ese valor se estimó en 15.000 millones, pero hoy (luego de la caída del precio internacional del crudo) se ubicaría entre 8.000 y 10.000 millones, según dos fuentes bien informadas” (La Nación, 3/7). Con ese enorme ‘premio’ (y dos ofertas alternativas) los chinos quieren asegurarse la compra.

Repsol no parece dispuesta a vender la totalidad de sus activos en Argentina, porque esto la dejaría en una seria desventaja (en términos de reservas) frente a sus competidores. Podría vender una parte del paquete accionario; las empresas chinas -dicen los medios- aceptarían esta ‘entrada a medias’.

Repsol

El principal impulso para la venta de YPF proviene de la situación de quiebra de los grandes accionistas de la propia Repsol: la inmobiliaria Sacyr (20%) y el banco Caixa-Criteria (13%). Uno y otro ingresaron en Repsol-YPF mediante el mismo mecanismo que Petersen: endeudándose. En el caso de Sacyr, por 6.500 millones de euros, garantizados por las propias acciones de la petrolera. El derrumbe vertical del mercado inmobiliario español puso a Sacyr contra las cuerdas; por otro lado, la caída del precio del petróleo arrastró el valor de las garantías ofrecidas por Sacyr por debajo del valor de su deuda; los bancos exigieron nuevas garantías. Sin respaldo financiero para conseguirlas, el tándem Sacyr-Caixa (y muy particularmente el primero), se lanzó a vender sus paquetes accionarios.

A fines del año pasado, la rusa Lukoil estuvo a punto de quedarse con YPF. Las negociaciones duraron varias semanas; sin embargo, la operación fracasó porque los rusos no estaban en condiciones financieras de pagar el ‘premio’ que hoy ofrecen los chinos. 

Una venta en las condiciones ofrecidas por los chinos les daría a ambos grupos españoles (pero también a los Petersen) “una inesperada entrada de liquidez (…) un dinero que (Sacyr) no puede rechazar” (Expansión, 2/7; Cotizalia, 3/7). Es decir, un salvataje in extremis.
Conclusión: el impulso principal de la venta está determinado por la quiebra de la estructura accionaria de Repsol.

Inviabilidad

La crisis de la estructura accionaria convierte a YPF en una empresa en remate. Sus principales accionistas –Sacyr, Caixa, Petersen– han ingresado a su controlante, Repsol, contrayendo deuda que tiene como garantía las acciones, sea de Repsol o de YPF. Carecen, por lo tanto, de cualquier capacidad para realizar inversiones en exploración o ampliación de la producción. Para la deuda están obligados a recibir dividendos en lugar de reinvertir las ganancias. En otras palabras, están condenados a descapitalizar sistemáticamente a YPF… para capitalizar a sus bancos y constructoras acionistas.

El saqueo de YPF por parte de sus accionistas es inmisericorde. En 2008, YPF giró utilidades al exterior por unos 4.700 millones de dólares. En el primer semestre de 2009, el giro fue de 670 millones, equivalente al al 78,5 de los dividendos expatriados por las principales compañías que operan en Argentina (Página/12, 3/7).

La estructura accionaria de Repsol –con accionistas endeudados, sin capacidad de inversión, obligados a vaciar la empresa para sobrevivir– es un elemento estratégico de la quiebra de YPF. No sería el caso de los chinos, con vastas reservas monetarias.

“Argentinización”

Todo esto señala el estrepitoso fracaso de la llamada “argentinización de YPF”. Si los chinos logran llegar a un acuerdo con los accionistas actuales, la “argentinización” será un recuerdo. Y hasta una burla si también el propio Eskenazi vende su parte en el capital de la empresa para aprovechar el beneficio extraordinario ofrecido por el alto precio que están dispuestos a pagar los chinos.

Asociaciones

La entrada de las empresas chinas en el capital accionario de YPF podría llevar a la empresa a una política de expansión y de asociación con otros grupos continentales, en especial con Petrobras. Pero sería una inversión destinada a exportar, o sea que encarecería el precio interno del combustible. El paso siguiente a la entrada de YPF, por parte de los chinos, sería una asociación con la estatal argentina Enarsa para la explotación del Mar Argentino…

Soja, industria, petróleo

La derrota electoral de los K ha potenciado al bloque sojero de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, que obtiende enormes beneficios de la venta de soja a China. Es probable, entonces, que estos grupos apoyen el ingreso de las petroleras chinas en YPF. ¿Qué contrapartida pedirían los chinos? El ingreso de sus bienes industriales, que están en directa competencia con los que fabrican los grandes barones de la ‘burguesía nacional’… empezando por la propia Techint. Pero sucede que, además de productoras de soja, estas tres provincias tienen muy fuertes cordones industriales. La disputa se dirimirá al interior de los regímenes políticos provinciales. La posibilidad de la venta de la principal empresa que opera en Argentina deberá agudizar las divergencias y enfrentamientos en el seno de la burguesía nacional.

Solanas

Pino Solanas y el movimiento ‘Mo.re.no’ defienden los contratos firmados por Evo Morales en Bolivia. Lo que ha ocurrido en realidad es que las multinacionales le han impuesto al débil estado boliviano sus propias condiciones. Los ‘contratos tipo’ firmados por el gobierno de Morales establecen que los pulpos extranjeros no comienzan a pagar regalías ni impuestos, sobre las nuevas concesiones de yacimientos, hasta terminar de amortizar la inversión realizada. Es una forma de contrato extremadamente leonina; además, es el propio pulpo el que determina el monto de las inversiones y el plazo de su amortización; es decir, es el que fija de manera unilateral cuando empieza a pagar las regalías de la explotación. Los contratos defendidos por Solanas (y el Mo.re.no) sería ‘ideales’ para un ‘relanzamiento productivo’ de YPF… bajo la batuta de las empresas chinas.

Luis Oviedo