Políticas

5/12/1995|476

Zamora sigue en deuda

Asistí al “Juicio Público a la Deuda Externa”, en la que se privó de la palabra al PO. Sí pude escuchar la palabra de Luis Zamora en nombre del Mst.


No es un dato menor que Zamora no hiciera ninguna referencia a la exclusión del PO, apenas 15 minutos antes de su intervención, pero bastó escuchar su discurso para comprender la distancia política que lo separa del socialismo revolucionario, para comprender su adaptación a los métodos proscriptivos del stalinismo.


Zamora no escatimó elogios al Foro Convocante, que en ninguno de sus documentos se pronuncia por el NO PAGO de la deuda externa y, conforme con estas zalamerías, endulzó los oídos nacionalistas con una reivindicación del programa de los 26 puntos de la CGT encabezada por Ubaldini (el primer punto era la “moratoria de la deuda externa”), algo que precisamente había sido llevado adelante ‘de hecho’ por el gobierno de Alfonsín, con Grinspun en Economía.


Pero la reivindicación de ‘la letra’ del programa es más grave cuando se advierte que la función política que jugaron los 26 puntos de la CGT fue poner una valla a la evolución política de todo un sector de la vanguardia obrera, que se rebelaba contra la vieja burocracia sindical y cuestionaba a sus dirigentes y a su política y, lo más importante, darle oxígeno al entonces alicaído Partido Justicialista.


La política desarrollada entonces por el Mas, en connivencia con el PC, de apoyo al ubaldinismo, abortó un proceso de radicalización en la vanguardia obrera, que terminó con el propio Mas y facilitó las derrotas de que fueron objeto las luchas ferroviarias, telefónicas, etc., contra las privatizaciones, cerrando una etapa muy importante de las luchas obreras en Argentina. La desorientación política de la dirección del Mas llegó a ser descomunal, como producto de su negativa a enfrentarse con la burocracia ubaldinista, con la que pretendía convivir. Para no reclamarle el paro general con todos los gremios estatales en lucha, miraba para otro lado planteando la necesidad de… ¡Asamblea Constituyente!


“La segunda independencia”


Zamora sin atisbos de rubor, hizo la apología de “La Segunda Independencia”, es decir, la posibilidad de una lucha antiimperialista triunfante, sin mencionar que ésta es imposible de no mediar un progreso político del proletariado mundial y, más específicamente, de la unidad socialista de los trabajadores de América Latina. Naturalmente, por omisión, acepta la posibilidad de una lucha antiimperialista consecuente de la mano de la burguesía nacional, que es exactamente lo que sostienen los stalinistas del Ptp, hoy por hoy sus ‘compañeros de ruta’.


Zamora no ha aprendido nada de sus fracasos políticos pasados.


4/12/95