Zamora: un oKupa en la elección porteña
El único ‘izquierdista' que recibió "6,7,8"
Seguir
Ningún medio de comunicación dejó de prologar la presentación electoral de Zamora en la Ciudad con el término “el regreso” o “la vuelta”. Es una forma elegante de referirse a su completa ausencia de la lucha política y social en la Ciudad y en el país, con excepción de algunas “apariciones” (algo que él mismo le reprocha a otros). En varios programas televisivos, el ex diputado intentó explicar, sin lograrlo, por qué ha decidido regresar. Parece que Zamora tomó nota del interés político que despertó la constitución del Frente de Izquierda, al punto que pasó de renegado de la izquierda a la autocalificación de “izquierdista radical”. Como en el pasado, el reaparecido Zamora hará campaña atacando a la “izquierda partidaria”, o sea, a la que desenvuelve una acción, no en función de un proyecto personal (como él), sino a partir de una construcción política colectiva, que pone su sacrificio diario a la causa revolucionaria. Su campaña antiizquierdista suele contar con un generoso apoyo mediático por parte de los mismos que denigran a los paros del subte y las tomas de universidades o colegios (todas las cuales tuvieron a Zamora brillando por su ausencia).
En medio de estos vaivenes, el hombre consiguió la hazaña de perder ocho legisladores y varios diputados, bloque que armó como un combo y que se desarmó con más pena que gloria.
La constitución del Frente de Izquierda despertó pronunciamientos por parte de todo el arco político de izquierda. Desde los ataques faccionales hasta los apoyos críticos. Zamora, en cambio, ignoró al Frente para armar una operación de usurpación política contra el único bloque independiente de los Macri y los herederos de Ibarra. Zamora, en definitiva, es un oKupa en la elección porteña; en sus apariciones televisivas no ha dejado de saludar a “la juventud militante” del oficialismo, a la que exhorta a “cambiar el modelo”, pero sin denunciar al funcionariado que la construye con abundantes rentas. Zamora, por eso, es el único político de izquierda que recaló en “6,7,8”. Su papel reaccionario en la elección porteña debe ser denunciado sin ambigüedades.