Polo Obrero

23/5/2002|755

El Polo Obrero, un factor de la situacion politica

El Congreso del Polo Obrero sesionó con la presencia de 528 delegados. En el caso de los desocupados, los delegados fueron representantes que actúan cotidianamente en las organizaciones barriales o elegidos para el Congreso en la proporción de uno cada veinte o fracción. Tuvieron un 62% de representación, y el resto correspondió a delegados sindicales en funciones, de los cuales la presencia más significativa correspondió a los docentes. Estas cifras hablan por sí mismas de una suma de organizaciones que orientan entre 7 y 8.000 trabajadores.


Esta significativa representación en el movimiento de lucha es el fruto de un enorme trabajo preparatorio. Estuvieron en el Congreso organizaciones con peso propio en los orígenes del movimiento piquetero, como la Coordinadora del Norte de Salta, el Movimiento de Trabajadores Desocupados Libertador General San Martín de Chaco Capital y Barranqueras, el vigoroso y extenso movimiento de desocupados de Mar del Plata, junto a expresiones que corresponden al excepcional progreso de las movilizaciones y la organización luego de la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre; por caso, la red de barrios organizados de Córdoba, la Interbarrial de González Catán, la Coordinadora de Salta Capital y las más recientes comisiones de desocupados del Polo en Tucumán y el interior de la provincia de Buenos Aires.


Estas cifras hablan por sí mismas, pero no se aprecia su verdadera contundencia si no se observa el enorme grado de homogeneidad política del Congreso, expresado en la aprobación por unanimidad del llamamiento final (ver aparte), que “llama a convertir a la clase obrera en lucha en la alternativa de poder y contraponer esta perspectiva a todas las políticas que plantean la perpetuación del régimen”.


El Congreso permitió constatar que el crecimiento del Polo Obrero, en particular en todo el último período, proviene de la ruptura de activistas y aún punteros del PJ con su organización histórica y, a otra escala, de corrientes que actuaron o tomaron referencia en IU.


Escuela


El Congreso del Polo se constituyó en una escuela de estrategia y lucha revolucionaria en un escenario caracterizado por la agudización de la quiebra bancaria y la crisis política. Lejos de agotarse en una plataforma reivindicativa o en una delimitación de la tregua y la concertación de las centrales sindicales, trazó un programa integral de intervención política de la clase obrera frente a la crisis. Por eso la intervención de Aurelio Díaz, del Chaco, se convirtió en uno de los momentos culminantes del Congreso, al plantear dos ideas centrales: una, la posibilidad histórica de que el Polo y el Bloque Piquetero “pueda transformar la realidad” si abraza francamente el camino de la “organización de la lucha de clases”; dos, la reivindicación enfática de la Asamblea Popular Constituyente, para que “el pueblo, como aquí, delibere, discuta y pase a ejecutar los planes que el pueblo ha deliberado”. El debate no giró en torno a una u otra consigna aislada, que ni siquiera plantea una perspectiva o estrategia socialista; se centró en la estrategia y la intervención político-reivindicativa de la clase obrera. Por eso el Congreso se pronunció por el no pago de la deuda, la nacionalización sin pago de la banca y del comercio exterior, de las AFJP; el reparto de las horas de trabajo (“los cuatro turnos laborales”), la reapertura de las fábricas cerradas, entendiendo que la lucha por cada una de estas medidas es inseparable del resto y de conjunto lleva al gobierno de los trabajadores y la reorganización socialista de la sociedad. Pero esto fue unido en el análisis y en las propuestas a la lucha por la puesta en pie del movimiento obrero ocupado y la recuperación de los sindicatos, por lo que el Congreso llamó a desenvolver la línea de las ocupaciones y las autoconvocatorias y votó la inminente realización de una Conferencia Sindical del Polo Obrero.


La mayoría de los compañeros vinculó cada una de sus propuestas a la continuidad de los cortes, a la ocupación de lugares de trabajo y a la huelga general, entendida como necesidad y prolongación del movimiento práctico de la lucha por las reivindicaciones planteadas por el hundimiento social y político del capitalismo. El Congreso votó un plan de lucha encabezado por el “que se vayan todos” y comprometió su esfuerzo para la Asamblea Nacional de Trabajadores del 8 de junio. Finalmente eligió una dirección que, en cada uno de sus miembros, es parte inequívoca de la generación piquetera que es protagonista de esta nueva etapa histórica en la vida del país y de la clase obrera.


Participaron, como delegaciones invitadas, el Movimiento Teresa Rodríguez, el Movimiento Territorial de Liberación, Casa del Pueblo y Barrios de Pie (CTA).


El Congreso confirmó que el Polo Obrero es un factor de la situación política.