Fuera la comisarIa 10ª de nuestra Asamblea

Como todos los miércoles a partir de las 17:30, la placita de la calle Constitución y Colombres comienza a colmarse de compañeros que asisten a la Asamblea del Polo. Primero los pibes toman la merienda, luego se brinda el informe político y se tratan los problemas de la barriada, y finalmente se realiza la olla popular.


La placita es un predio angosto lindante con la autopista, muy ruidoso, por lo que es necesario usar un megáfono, que es escasamente suficiente para escuchar los oradores, y que a pocos metros es inaudible. Pero desde hace unos meses "alguien" en el barrio insiste en llamar a la Comisaría 10ª para "protestar". Lo curioso es la celeridad con que la 10ª se hace presente para romper nuestra asamblea porque altera (según ellos) la actividad "normal" de la placita, conociendo su mirada indiferente, en cambio, frente a otras actividades ¿normales? que allí se desarrollan, como los "dealers" que venden la falopa que envenena a nuestros pibes.


Los problemas comenzaron cuando nuestra Asamblea tomó un curso más político, votó su incorporación al Polo, y les pegó con fuerza a Ibarra y Macri durante la campaña electoral. Fue en ese momento que esta "vecina" custodiada por dos patrulleros comenzó a gritar: "alquílense un local partidario". Obviamente, no son los decibeles del megáfono lo que la alteran, sino el tenor de nuestras denuncias.


Los operativos desplegados fueron aumentando en número y en magnitud; un miércoles llegaron con cuatro patrulleros y motos que colocaron sobre la autopista, arriba de nuestras cabezas, y nos amenazaron con detenernos por resistencia a la autoridad. Recularon rápidamente cuando comenzamos a llamar a nuestros abogados y la gente comenzó a manifestar enérgicamente su repudio. La actitud de los compañeros siempre fue la de enfrentar unidos estos atropellos, rodeando a los policías cuando requerían los nombres de "los que manejan esto".


La gota colmó el vaso cuando el miércoles 14 de enero el subinspector N. F. Martínez gritó: "Si no identifican a los responsables identificamos a todos por la fuerza; a ver mujeres por un lado hombres por el otro", al mejor estilo estado de sitio. Los compañeros comenzaron a corear: "La plaza es de los trabajadores y al que no le gusta se jode" y "Piqueteros carajo". El mismo subinspector nos dijo, pensando que hablaba con punteros: "Ustedes hagan callar a esta gente, ¿o es que no los pueden manejar?". Luego nos preguntó: "¿Por qué tanta hostilidad?". Mientras comenzaban a irse frente al ruidoso repudio que ya estaba concertando la atención de toda la barriada de Boedo.


¿Por qué? Le respondimos:


• Por la represión y los muertos del 19 y 20 de diciembre.


• Por la masacre de Floresta.


• Por los pibes que la 34ª tiró al Riachuelo.


• Por los palos y balas en Brukman.


• Porque el 4 de enero del 2003, la patota de calle de la 10ª cagó a palos y metió en cana a 6 de nuestros compañeros durante los festejos de año nuevo.


Por todo esto el miércoles 28 movilizamos a la Comisaría 10ª, para poner fin a estas intimidaciones.