Provinciales
15/7/1987|190
"Que se quiebre el Banco Provincia pero que se salven los ingenios azucareros" -declara el gobierno justicialista.

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Los medios de comunicación masivos están siendo inundados por una publicidad millonada a favor de tres candidatos: el empresario Cornejo (PJ), Espeche (UCR) y el militar retirado Ulloa (partido Renovador). ¿Qué significan estas candidaturas?
Hernán Cornejo aspirante a suceder al actual gobernador Romero, es nada menos que el dueño del ingenio azucarero San Isidro. A través del justicialismo gobiernan en Salta las nuevas "dinastías" de la oligarquía azucarera, las familias "ilustres*’ de la provincia, explotadoras de los zafreros norteños.
El justicialismo salteño llevó adelante el salvataje de esta oligarquía. Recientemente, el ministro de gobierno declaró que era preferible la quiebra del Banco de la Provincia, a que quebraran sus grandes deudores. A éstos, el gobierno les refinanció sus deudas por cinco años, "perdonándoles” el pago de intereses punitorios- ¿Pero quién paga estos subsidios?
Cerca del 80 % del dinero circulante en la provincia está bajo la forma de un "bono”. Los estatales reciben sus salarios en este papel. El estado provincial rescata a la oligarquía aumentando las tarifas y los impuestos y endeudándose con el pueblo, al que luego estafa rescatando los bonos a precios desvalorizados.
¿Y la UCR? Basta señalar que Romero, en Salta, no ha hecho más que reproducir el mismo proceso del gobierno patronal de Alfonsín: traspaso de la deuda capitalista a la masa laboriosa, a través del Estado. Pero hay que sería lar, además, que el primer "alfonsinista” de Salta, es el propio gobernador Romero, quien apoyó todos y cada uno de los pasos del gobierno nacional: Plan Austral, pacto social, obediencia debida.
El tercer candidato —Ulloa, gobernador de Salta bajo la dictadura—... es quién dicta el libreto a radicales y justicialistas: en Salta se aprobó la enseñanza religiosa en las escuelas; en Salta, se mueven con "soltura” los responsables de la sedición derechista de Pascuas, y los autores del crimen de Palomitas.
Al cabo de cuatro años de régimen patronal seudo- constitucional, Romero y Alfonsín, han cumplido con el programa del capitán Ulloa: beneficios al gran capital, oscurantismo clerical, obediencia debida. Pero también, en estos años, la izquierda provincial —el PC, y los que hoy integran el FRAL— careció de toda independencia frente a este bloque reaccionario: el punto más alto de este sometimiento fue la firma del Acta Democrática, donde la dirección del PC salteño estampó su firma junto a la del mismo Ulloa.
Frente a las próximas elecciones, llamamos al activismo combativo y de los partidos de izquierda, a los luchadores barriales ya la juventud antiimperialista, a romper con un régimen que, en nombre de la democracia, gobierna para los "barones” salteños.
En Salta también se ha puesto en pie un Frente de Trabajadores, con candidaturas de luchadores barriales, de estatales y docentes que enfrentan a la miseria salarial.
No hay salida a la miseria provincial, sin la expropiación del gran capital, de los ingenios y las grandes propiedades agrícolas, y su puesta en marcha bajo control de los trabajadores, que será resultado de la lucha revolucionaria por un gobierno de trabajadores.