¿Se viene un nuevo San Miguel?

Despues de la derrota del riquismo


San Miguel es uno de los distritos donde no ganó el oficialismo municipal: el kirchnerista Joaquín De la Torre derrotó, por escaso margen, al intendente Oscar Zilocchi. Así terminó una década de gobierno de Aldo Rico y su gente.


La derrota fue un duro golpe para un sector de las camarillas oficiales, ligadas a Julio De Vido, que se habían jugado enteras con el riquismo. Carlos Kunkel repartió elogios a Rico en un acto de cierre de campaña.


De la Torre contaba con el apoyo de Alberto Fernández y Felipe Solá. Una tercera colectora estuvo representada por la "izquierda" K (Frente Grande, Libres del Sur, FTV). Se reflejaron así en el plano local las internas camarilleras de la Rosada.


¿Por qué ganó De la Torre?


Diez años en el gobierno llevaron a un completo desgaste al riquismo. Según investigaciones de la Universidad de General Sarmiento, en San Miguel el 67% de la población no tiene gas; el 69% de las calles son prácticamente intransitables (55% de tierra); el 60% de la población no cuenta con agua corriente y el 70% no tiene cloacas. En Bella Vista y Oeste de San Miguel los vecinos realizaron movilizaciones y cortes de ruta por las recurrentes inundaciones.


La salud se vino a pique. El Hospital Larcade –aquel que Rico al frente de una patota ocupara en 1999– está en ruinas. Lo mismo ocurre con las escuelas del distrito, como lo denuncia el combativo Suteba local, el transporte y la basura.


La militarización del distrito y su "mano dura" incrementaron las tasas delictivas, junto con los escándalos por el tráfico de drogas, niñas y mujeres que salpicaban a los funcionarios y policías locales.


De la Torre capitalizó la descomposición del riquismo en retirada.


Un nuevo escenario político


De la Torre es un hombre del Opus Dei y del sector acaudalado de Bella Vista. Su padrino es Franco Laporta, el interventor de Loterías y Casinos de la provincia. Durante la campaña cosechó el respaldo de quienes fueran los sostenes económicos y sociales del riquismo (la Cámara de Comercio e Industria) y de sectores de la burocracia sindical. Desde 2005 dominaba el Concejo Deliberante (junto con las otras corrientes kirchneristas); desde allí cogobernaba con el riquismo apoyando, por ejemplo, la instalación de las megatorres en el casco céntrico. Ahora, varios riquistas históricos suenan para su futuro gabinete.


La victoria de De la Torre marca la emergencia de un cuadro político novedoso y contradictorio. Deberá gobernar sin la mayoría automática en el Concejo, pues sólo obtuvo el 27% de los votos. El resto de los bloques ya se están anotando en la pulseada: las "organizaciones sociales" del bloque izquierdista (FTV, Libres del Sur, etc) reclaman el control de la caja del Presupuesto Participativo (unos 6 millones); los riquistas pretenden preservar algunas cajas propias y el control de las licitaciones.


Esto se ha traducido, a un mes de las elecciones, en un obvio inmovilismo; los diarios locales hablan de parálisis y de "extraña maraña de la negociación municipal" (La Hoja, 27/11).


Un programa para San Miguel


El nuevo intendente deberá enfrentar un municipio demolido, con cuentas en rojo, reclamos y expectativas por todos lados. Debemos prepararnos para desenvolver una fuerte agitación política impulsando una agenda propia de los trabajadores. Por ello planteamos:


– Cloacas, agua, gas y asfalto para todos con obras financiadas por el Estado y bajo control de comisiones de trabajadores y vecinos.


– Construcción de 8 mil viviendas populares y el mejoramiento de las 20 mil viviendas deficitarias del distrito. No a las megatorres.


– Salario mínimo igual a la canasta familiar y prohibición del trabajo en negro y precarizado, pase a planta permanente de todo trabajador municipal contratado. Doble aguinaldo de emergencia para el personal municipal y todos los trabajadores del distrito.


– Triplicación del presupuesto de salud con un 70% a cargo de la provincia para mejorar y reequipar el Hospital Larcade y las salitas periféricas.


– Obras en las escuelas; becas mensuales para los chicos, sin restricciones


– Transporte público, barato y seguro, reorganización integral (recorrido, boletos, unidades, frecuencias, etc.) a cargo de una asamblea de usuarios y trabajadores. Seis horas para los choferes.


– Apertura de los libros de cuentas municipales, investigación y revisión de todos los contratos de servicios, licitaciones, privatizaciones, comodatos y concesiones de la gestión saliente.


– Creación de un fondo especial de emergencia para la obra pública, financiado con impuestos extraordinarios a los grandes emprendimientos inmobiliarios, comerciales e industriales de San Miguel.