Cada 19 de octubre se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Mama y la Organización Mundial de la Salud declaró este mes como el mes de la sensibilización sobre esta enfermedad. Según la OPS, el cáncer de mama es el más común en mujeres y es la segunda causa principal de muerte por cáncer de mujeres. La detección temprana de esta enfermedad es fundamental, ya que los tumores de menos de 1 centímetro tienen hasta el 90% de probabilidades de curación, es decir, que su hallazgo temprano tiene altísimas tasas de curación. Por ello es importante el control mamográfico cada dos años en mujeres mayores de 50 años y mantener consultas regulares en el servicio de ginecología ya que son la mejor manera de asegurar la prevención, la detección temprana y el control de la enfermedad.

La necesidad de políticas económicas y de prevención para enfrentar todo tipo de enfermedades y, particularmente el cáncer de mama como una enfermedad sumamente común en nuestra región, es prioridad para la población y el gobierno debería estar al pie del cañón en estas cuestiones. Sin embargo, poco podemos esperar de un gobierno que cumple a rajatabla los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y no lleva adelante ninguna política sanitaria que apunte a erradicar las enfermedades más prevalentes en nuestra población.

¿Gobierno de científicxs?

Durante la pandemia del 2020, el gobierno aprovechó, bajo la excusa de la misma, para desbaratar y ajustar en términos presupuestarios varios servicios de atención primaria de la salud y de control que en muchos casos son sumamente necesarios para detectar el cáncer de mama en estadíos tempranos. El presupuesto destinado al sistema sanitario se recortó en un 9% mientras que no hubo aumento de salario para les trabajadores de la salud, ni insumos, ni cuidados por parte del Gobierno de la Ciudad ni por Nación. Son les trabajadores de la salud quienes denunciaron (y denuncian) cotidianamente el recorte presupuestario y los despidos masivos que el gobierno de Alberto Fernández llevó a cabo durante el 2020 mientras los mismos ajustadores impulsaban en la clandestinidad un vacunatorio V.I.P. para funcionarios.

Como si esto fuera poco, en medio de una Argentina que lejos está de ser la “Argentina de pie” que tanto pregona el gobierno, la enorme inflación que llevó adelante el mismo sumado al recorte de medicamentos, solo dio una de dos opciones para las y los trabajadores: o comer o pagar medicamentos.

En todo este panorama de una Argentina que se derrumba frente al ajuste sumado al fracaso del gobierno en las elecciones Paso, es de vital importancia que les estudiantes de las carreras de la salud, la juventud y les trabajadores salgamos a luchar en defensa de nuestro derecho a la salud y bienestar, y para eso son necesarias una sumatoria de medidas: papanicolau (PAP), colposcopía y mamografías gratuitas en todos los lugares de estudio y de trabajo con su efectivo seguimiento. Presupuesto en salud, ciencia y técnica para garantizar investigaciones, tratamientos y políticas de prevención. Educación sexual integral laica y científica, respetuosa de las diversidades sexuales y de género. Centros de atención integral para las mujeres y las diversidades.

Basta de recorte en salud, ciencia y técnica. Impulsemos el desarrollo de una industria nacional de medicamentos, la intervención de los laboratorios, liberación de las patentes y centralización del sistema de salud bajo control de trabajadoras y trabajadores expertos.

 

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