Salud

24/4/2020

Alerta en Salta: un caso de muerte por dengue hemorrágico

Hospital Güemes, en Aguaray.

El fallecimiento del ex intendente de la localidad salteña Aguaray, el médico Alfredo Daruich, por dengue hemorrágico, ha causado sorpresa y temor entre la población.


Daruich había sido trasladado en vuelo sanitario a la ciudad de Salta, ya que los hospitales del norte provincial, donde están la mayoría de los casos, no tienen cómo atender un caso grave de dengue hemorrágico.


El 12 de abril, por su parte, un hombre de 37 años había fallecido en el Hospital San Bernardo de la ciudad capital, con un cuadro de neumonía bilateral. El episodio activó el protocolo Covid-19, dando negativo para el mismo pero positivo para dengue. Sin embargo, nunca se informó si se trató de muerte por dengue hemorrágico.


La directora del hospital de Aguaray advirtió que están desbordados, que no alcanzan a cubrir toda la zona con las campañas preventivas, que son pocos en cuanto a recursos humanos. Ejemplo de ello es que tienen un solo bioquímico para 18.000 habitantes.


Es una realidad de todos los municipios: cuentan con unos pocos trabajadores en las campañas preventivas. Llamados “agentes socio sanitarios” o designados como miembros del “Programa Dengue”, todos están con contratos temporarios, y algunos cobran tan solo $6 mil pesos. En cuanto al personal hospitalario, desde que asumió el gobernador Gustavo Sáenz, no se ha nombrado ni un solo médico o enfermeros nuevos en ninguna parte de la provincia.


La población de Aguaray, mayoritariamente ubicada en parajes de comunidades originarias, sufre desde hace largo la carencia de acceso a la salud.


El país, en general, y el norte en particular


El dengue ya es endémico en todo el país. En 2016 el Ministerio de Salud de la Nación confirmó 76.000 infectados con 11 muertes, lo que era un 53% más que el anterior gran brote del 2009. Este año, la autoridad sanitaria nacional ya confirmó 39.000 infectados desde principios de año y 88 muertes; con fuerte expansión territorial a Buenos Aires, Capital Federal y Córdoba.


Pero en las provincias del noroeste y noreste, donde una parte importante de la población ya ha sido infectada por alguno de los 4 serotipos de dengue (sobre todo en las zonas tropicales como Aguaray, Salvador Mazza, Tartagal y Orán), una nueva infección con un serotipo diferente aumenta el riesgo de padecer dengue hemorrágico y morir. En Salta, con 850 casos confirmados y 3.830 bajo sospecha; el desprecio por parte de Sáenz para tomar medidas para detener el vector es casi criminal. Y ahora con un fuerte desarrollo en otros departamentos como Anta y la propia ciudad de Salta, donde se cuentan 400 casos positivos.


Sáenz y el viejo régimen oligárquico son los responsables


Ya en 2014, cuando gobernaba la provincia Juan Manuel Urtubey, la Dirección Nacional de Epidemiología emitió un Alerta Nacional, recomendando la puesta en marcha de planes de contingencia provinciales. Allí colocaba entre los determinantes ambientales de propagación el crecimiento demográfico y descontrolado de las zonas urbanas, junto a las casi nulas inversiones estatales en infraestructura urbana y sanitaria; el inadecuado tratamiento de los residuos sólidos y líquidos urbanos; la fuerte migración interna y el crecimiento de la pobreza.


Un año después, en el 2015, Sáenz asumía en el gobierno de la ciudad de Salta, siendo el segundo conglomerado urbano con mayor precarización laboral, con 11.000 lotes sin infraestructura urbana, con letrinas por falta de red cloacal, viviendas precarias y decenas de canales cubiertos de maleza. Todo lo cual se agravó en su gobierno por la escasa obra pública que realizó, incrementando las condiciones de contagio con un basural a cielo abierto de varias hectáreas, centro de reproducción de insectos y alimañas.


Saénz rechazó la exigencia del Partido Obrero de realizar una vigilancia planificada de criaderos y larvas, por muestreo estadístico a través de la inspección periódica de viviendas, confeccionando índices que hubieran permitido verificar el avance de la epidemia, centralizando tareas con la autoridad sanitaria y una verdadera política de saneamiento ambiental con descacharrado y desmalezamiento de canales, así como el traslado del vertedero municipal.


No solo eso, sino que en el 2016 metió un proyecto en el Congreso Nacional, con la firma de Graciela Camaño del Frente Federal, para apropiarse del edificio de la Palúdica, donde funcionaba la Coordinación Nacional del Control de Vectores, encargada de la vigilancia y combate de vectores causantes de enfermedades como chagas, dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla. El objetivo: destinarlo a un emprendimiento turístico-gastronómico en una de las zonas más caras de la ciudad. En la actualidad, La Palúdica funciona en un espacio reducido, las campañas municipales son paupérrimas y el control de las muestras de sangre se derivó a los laboratorios del Hospital del Milagro, donde también van las muestras de Covid 19, transformándose en un cuello de botella.


La avanzada sobre La Palúdica formó parte de una política de desmantelamiento de Jorge Lemus, ministro de Salud bajo los dos primeros años del gobierno nacional de Mauricio Macri, que recortó personal en áreas claves destinadas al combate contra el dengue, en zonas críticas como Formosa, Santa Fe, Rosario, Entre Ríos y Salta, sumando al despido de profesionales (ya de por sí precarizados) el desmantelamiento de los laboratorios.


La expansión del dengue es de absoluta responsabilidad del régimen oligárquico que viene gobernando Salta desde hace 25 años y que ha desmantelado el sistema de salud pública a favor de los negocios de la medicina privada, en sintonía con la política ejecutada por los sucesivos gobiernos nacionales. Más que nunca es necesario crear un fondo en base a un impuesto a las grandes riquezas, a los terratenientes, mineras, petroleras y al banco Macro, para destinarlo a la salud pública y tomar todo el personal necesario para garantizar todas las medidas preventivas.


Más que nunca, será tarea de la población trabajadora imponerle al régimen las medidas de saneamiento ambiental como el descacharrado, desmalezados masivos y el inmediato nombramiento de profesionales para enfrentar la crisis sanitaria.


Un dato no menor es que aún la ciencia no se sabe cómo impactará el COVID 19 en una población afectada por el dengue. No queremos que sea contando víctimas.