Salud

3/8/2020

Bahía Blanca: la precariedad de los geriátricos, en primera persona

Los geriátricos se han convertido en importantes focos de contagio de Covid-19 en distintos puntos del país, afectando tanto a las personas residentes como a sus trabajadoras y trabajadores, quienes a su vez ven sus condiciones laborales seriamente dañadas. Para conversar sobre esta situación, Prensa Obrera se comunicó con una trabajadora de la salud empleada de uno de los más de 300 geriátricos que funcionan actualmente en Bahía Blanca, de los cuales solo once se encuentran habilitados. Su relato traza un panorama alarmante sobre la situación laboral del personal y sobre las condiciones en las que se encuentran los jubilados que residen en este tipo de establecimientos.

¿Cuál es la situación que están viviendo en el geriátrico donde trabajás?

En el mes de abril nos pagaron el sueldo en tres veces y tuvimos que esperar el ATP del gobierno. Luego pasó lo mismo en el mes de mayo, pero el ATP jamás lo depositaron. En junio cobramos de a $10.000 por semana y aún no vimos el aguinaldo. Nos cambian de turno sin aviso, nos presionan para que aceptemos suspensiones para pasar a cobrar el 75% del sueldo. Ellos dicen que no pueden pagarnos por el tema del Covid-19, pero los familiares están pagando, como siempre, $50.000 pesos al mes.

¿Hay compañeras con licencia desde que comenzó el aislamiento obligatorio?

Sí, son tres compañeras las que están con licencia y no cobran desde que empezó la cuarentena. Como hay puestos de trabajo vacantes, en los turnos mañana y tarde va a trabajar una sola enfermera durante 8 horas, con apenas un refuerzo de 4 horas con otra compañera, mientras que el turno noche y los francos van a ser cubiertos por una sola trabajadora. Son veinte pacientes, con sondas nasogástricas, sondas y tallas vesicales, algunos con tratamiento psiquiátrico, otros con miembros amputados, etcétera. En estas condiciones es claro que no se puede trabajar en soledad, pero a los dueños no les interesa.

¿El sindicato ha intervenido de alguna manera?

El otro día, Atsa (Asociación de Trabajadores de la Sanidad) llamó al Ministerio de Trabajo y al llegar los inspectores los pusimos al tanto de todas las falencias que estamos sufriendo. Pero todo queda en la nada, porque los dueños tienen lazos con gente del Ministerio.

¿Tuvieron casos de contagios de COVID-19?

No tuvimos hasta el momento, pero sí ingresaron dos pacientes recuperadas del geriátrico clandestino que tuvo tantos casos positivos semanas atrás.

¿Qué perspectivas tienen para lo que viene?

Es todo un lío lo que estamos pasando. Estamos angustiadas porque no sabemos si el mes que entra vamos a cobrar. Mi idea es que se refleje en Prensa Obrera lo que estamos pasando. Quiero que sea visible para ver si en otras clínicas o geriátricos está pasando lo mismo.

Lo planteado por la compañera retrata la precariedad laboral y la sobreexplotación en la que deben desenvolver sus tareas las trabajadoras y trabajadores de la salud. Una actividad esencial, cuyas condiciones mínimas de seguridad y salubridad no son garantizadas ni por las patronales ni por el Estado, que tiene perfecto conocimiento de la irregularidad en la que se maneja la enorme mayoría de estos establecimientos, que operan pese a no tener la habilitación correspondiente.

Queda planteada la necesidad de que las y los compañeros se organicen en sus lugares de trabajo, bajo un pliego de reivindicaciones mínimas que incluya salarios acordes a la canasta familiar, jornadas de 8 horas y licencias sin afectar el salario, entre otras reivindicaciones, coordinando entre los distintos geriátricos de la ciudad que atraviesen situaciones similares, en defensa de los derechos laborales y la salud de trabajadores y jubilados.