Mientras se profundizan las raíces del escándalo por la vacunación VIP y la denuncia de la privatización de la misma en la Ciudad de Buenos Aires mediante contratos con prepagas y obras sociales, dos casos de desviación de dosis, los trabajadores de la salud de la Ciudad de Buenos Aires son vacunados a cuentagotas. Que aún no haya finalizado la inoculación para su sector no es un error; hoy las dosis están destinadas para quienes pueden pagarlas.

A la Ciudad de Buenos Aires se le han destinado un total de 171.425 dosis, algunas de la de AztraZeneca y otras de la Sputnik V (reservadas para el personal de salud): en el segundo caso, 78.300 son del primer componente y 39.300 del segundo. Según los datos obtenidos de la página del gobierno de la CABA, al inicio de esta semana habían aplicado 39.300 dosis del primer componente y 24.300 del segundo, que representan respectivamente el 50% y el 61% sobre la totalidad distribuidas (datos obtenidos de la página del GCBA).

Esto significa que de las 130.000 personas que integran el sistema de salud solo el 30% recibió una dosis de la vacuna y menos del 20% la segunda. Incluso hay algunos que no son contabilizados en ese número, como los concurrentes, médicos que realizan trabajo gratuito sin ningún tipo de remuneración, obra social o ART, por lo que el porcentaje vacunado podría ser aun menos.

También se encuentra el caso de los estudiantes del Internado Anual Rotatorio, quienes están completando su formación trabajando de manera gratuita en los centros DetectAr, como si fuera un voluntariado y no parte de su enseñanza, debido a un acuerdo entre la UBA y el GCBA que legaliza y potencia la precarización laboral. Ellos ni siquiera están contemplados en el plan de vacunación del gobierno para personal de salud; por esto y demás reivindicaciones protagonizaron un paro el 24/02 que contó con una enorme adhesión.

El problema no es solo el ritmo de vacunación, el cual es increíblemente lento; ahora se suma que el gobierno de la Ciudad le entrega un 15% del nuevo cargamento de 40.000 dosis de la vacuna de AztraZeneca/Oxford, designada a los adultos mayores, a las obras sociales y prepagas.

La pelea por un registro de vacunación único, transparente y con criterios claros bajo control de los trabajadores, la liberación de las patentes, la centralización del sistema sanitario, el aumento de presupuesto, la recomposición salarial y la garantía de vacunación para todos los trabajadores de la salud, docentes y demás trabajadores esenciales está a la orden del día. Estas son las principales luchas y reivindicaciones que se discutirán en el próximo Encuentro Nacional de Salud del sábado 27, al que llamamos a todos los trabajadores de la salud a sumarse.