Salud

25/5/2020

CABA: las villas de la comuna 15 frente a la llegada de la pandemia

Cómo enfrentamos el avance de la pandemia en los barrios.

Finalmente el coronavirus llegó a la Carbonilla. Se trata de cuatro casos positivos del día 23 de mayo. En los dos meses de cuarentena el gobierno de la Ciudad no desplegó ninguna posta sanitaria en el barrio, con lo cual se desaprovechó por completo el tiempo de aplanamiento de la curva de contagios. Una grave de irresponsabilidad, a la que se agrega una crisis con el agua, que comprende a sectores del barrio sin agua o con muy baja presión. Este desabastecimiento de agua es similar en el vecino Playón de Chacarita.


En las últimas semanas, el coronavirus se ha expandido rápidamente en las villas de la ciudad. La muerte de Ramona Medina puso en evidencia el rol criminal del estado, porque es evidente que las cifras trepan ahí donde las condiciones para enfrentar la enfermedad son más precarias. Ya quedó demostrado que la falta de agua precipita los casos de una manera vertiginosa y que el hacinamiento hace imposible el aislamiento social.


El dengue es la otra amenaza que se levanta especialmente sobre las villas de la comuna. La obra del tren San Martín, que quedó paralizada hace meses gracias a los negociados del gobierno de la ciudad con las empresas contratistas, ha dejado un terreno baldío detrás de la Carbonilla donde se junta agua de lluvia en charcos y en la basura que se fue acumulando con el correr del tiempo. Además de atraer roedores, es un criadero ideal para el mosquito que transmite el dengue. Después de meses así, el gobierno de la ciudad se limitó a fumigar la semana pasada el bajo viaducto. La medida no solo llega tarde, sino que resulta insuficiente porque deja sin descacharrizar el barrio ni el bajo viaducto, y limita la fumigación a la traza del tren.


Nuestro planteo


Es urgente organizar el reclamo de los vecinos para que el gobierno instale postas sanitarias en la Carbonilla y acondicione debidamente la que instaló en el Playón de Chacarita. Estos puestos de salud tienen que funcionar en todos los accesos a los barrios (en el Playón solo funciona sobre la entrada de Fraga, dejando libre la entrada de Teodoro García) y tienen que estar dotados de personal capacitado, equipado con los elementos de seguridad e higiene necesarios. El gobierno apela al voluntarismo de las organizaciones sociales y los vecinos para llevar adelante estas tareas. Ocultan así la precarización del trabajo en las postas sanitarias, como ocurre en el Playón de Chacarita, donde personal precarizado del IVC, junto a las organizaciones sociales, realizan este trabajo. Las organizaciones sociales y los vecinos no deben reemplazar al Estado, sino fiscalizar el funcionamiento de las postas sanitarias y organizar al barrio en sus reclamos. La desinfección de vehículos, la higienización y pulverización, la aplicación de alcohol en gel, toma de temperatura, entrega de folletería, etc., tienen que ser realizadas por personal capacitado, bajo convenio que contemple el trabajo insalubre y un seguro de vida. Dichos equipos tienen que estar integrados además por enfermeros y otros profesionales de la salud.


Es fundamental que se integre también una posta de salud móvil en cada barrio para llevar las tareas de prevención y desinfección en los comedores, merenderos y espacios comunes, para evitar que estos se conviertan en focos de contagio, así como dotar a los compañeros que sostienen estos espacios de los elementos de seguridad e higiene necesarios. Asimismo el Estado tiene que garantizar la asistencia alimentaria y de productos de higiene para las familias aisladas.


Las postas de salud y el acondicionamiento de unidades febriles de urgencia para la realización de testeos masivos son herramientas elementales sin las cuales el virus va a causar estragos  evitables. Los gobiernos de ciudad y Nación tienen que garantizar que todas las familias, los contactos estrechos y vecinos de los infectados sean testeados. En caso de que haya casos positivos en las organizaciones sociales, tienen que extenderse los testeos a todos los integrantes de las organizaciones para frenar la propagación del virus. Así mismo, el Estado tiene que garantizar las unidades de traslado desde la posta sanitaria a la UFU (Unidad Febriles de Urgencia). Hay que seguir el ejemplo de los vecinos y vecinas de la villa 20 que, organizados en la mesa de urbanización, lograron elevar una propuesta al gobierno que contempla todos estos puntos.


Exigimos también que se abra el uso de los edificios y departamentos vacíos construidos por el IVC frente al Playón de Chacarita para todas las familias que así lo necesiten para poder cumplir con el aislamiento social, tanto del Playón de Chacarita como de La Carbonilla. El uso de los departamentos con fines de aislamiento tiene que ser gratuito para las familias.


Exigimos justicia por Ramona Medina, Víctor Giracoy y todos los compañeros y compañeras muertos por la desidia estatal.


Larreta es responsable. Con hambre no hay cuarentena.