Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Salud de la Nación (23/4), la semana pasada tuvimos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires 1.415 casos de coronavirus en adolescentes de 13 a 18 años y 562 casos en niñes de 6 a 12 años. Para quienes están edad de escuela secundaria es un promedio de 202 casos por día, y para niñes de escuela primaria más de 80 contagios diarios.

Los datos son alarmantes por sí solos, pero lo más preocupante es que el crecimiento en estas franjas se ubica bastante por encima de la media general. Mientras los casos en mayores de 18 se cuadruplicaron comparando con la última semana de febrero, los casos de 6 a 18 años se sextuplicaron. Es decir, un 50% más. Para quien pretenda achacar este crecimiento vertiginoso a las “fiestas clandestinas”, advertimos que el crecimiento en la franja de 6 a 12 años es incluso superior al de les adolescentes.

Este cuadro se completa con la noticia de que las salas Covid-19 del Hospital de Niños Garrahan está al 100%, el Gutiérrez se aproxima a ello, y que los pediatras denuncian el crecimiento de las consultas de niñes con Covid-19. Oscar Trotta, pediatra del Garrahan, aseguró en Twitter: “Efectivamente el numero de casos Covid-19 en niños de 0-16 años que consultan en el Garrahan aumentó exponencialmente con el retorno a la presencialidad escolar. En la franja de 0-9 años aumentó 3,8 veces entre el 18/2 y 9/4 2021, y de 10-19 aumentó 4,5 veces en el mismo periodo”.

A nivel más general, la situación epidemiológica de la ciudad da rojo en cualquier semáforo que se la mire. La razón entre casos nuevos de las últimas dos semanas y las dos semanas anteriores que el Consejo Federal de Educación había establecido en octubre como “riesgo alto” cuando daba mayor 1,2, da ahora 1,7. Y el índice establecido por el CDC de Estados Unidos que contabiliza los casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días da 1.342, casi 7 veces más que el valor límite de 200 que la CDC establece como “riesgo muy alto de transmisión en las escuelas”.

En este contexto, la insistencia del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta en que las escuelas no son un factor de contagio es criminal. Esta tesis fue desmentida incluso por colegios privados que en los últimos días resolvieron virtualizar las clases por la imposibilidad de sostener una mínima organización y continuidad pedagógica.

Frente a la inviabilidad de las clases presenciales se deben tomar las medidas necesarias para hacer viables las clases virtuales: reparto de dispositivos, conectividad gratuita, licencias para familias con hijes en edad escolar, un seguro al desocupado acorde a la canasta familiar y la creación de los cargos necesarios para hacer el acompañamiento pedagógico. Mientras tanto, para no repetir esta experiencia catastrófica de presencialidad, además de vacunar a la población, hace falta invertir para reacondicionar las escuelas, construir aulas con la ventilación adecuada, desdoblar los cursos creando nuevos cargos docentes; para que cuando la situación epidemiológica lo permita no estemos otra vez discutiendo que paso un año y las escuelas siguen igual.