Salud

15/4/2020

CBC Avellaneda: por la inmediata readecuación y funcionamiento del laboratorio

Tras años cerrado, urge su puesta en marcha en medio de la pandemia.

La creciente expansión del coronavirus en el país continúa exacerbando un panorama catastrófico. El ahogo presupuestario constante del sistema sanitario y su vaciamiento indiscriminado preparan el terreno para un colapso absoluto de salitas, hospitales e instituciones de salud. En los mismos, no sólo escasean respiradores o camas de internación, sino también kits de identificación del virus o productos sanitizantes para combatir su propagación. Esta postal se replica a lo largo y lo ancho de la provincia de Buenos Aires, y es un reflejo de lo que ocurre no sólo en la Argentina, sino en un mundo capitalista en crisis; donde empiezan a estallar las graves implicancias del desguace permanente de los sistemas de salud pública.


Es el caso, por ejemplo, del laboratorio que posee la sede del CBC de Avellaneda. Desde hace años, sus instalaciones han pasado a estar en un completo desuso. Quienes recorren la segunda planta del primer módulo del CBC, han normalizado ya ver en un total abandono a un laboratorio que alguna vez supo albergar a miles de estudiantes y a docentes. Ahora bien, en tiempos donde la amenaza del Covid-19 se propaga fatídicamente, y esto revela a su vez que hospitales y salitas municipales carecen de los insumos básicos de higiene y seguridad para la prevención, la readecuación y puesta en funcionamiento del laboratorio se vuelve una exigencia de primera necesidad. 


La destrucción de la salud viene aparejada por la destrucción de la educación. Contemplando el desfinanciamiento, como también las reformas educativas vaciadoras y privatistas, la educación pública ha sido de manera inamovible una variable de ajuste para los sucesivos gobiernos del país. Esto se manifiesta de maneras múltiples y reiteradas. Son “figurita repetida” los derrumbes edilicios, la falta de obras, los salarios bajo la línea de pobreza para la docencia, las viandas de miseria, el avance de los negocios privados o la superpoblación de instituciones. Sin embargo, ante el cuadro de excepción que plantea la pandemia en curso, algunos de estos elementos se erigen con mayor relevancia. 




Como ya hemos señalado anteriormente, desde la UJS reivindicamos que la universidad pública esté al servicio de combatir el desarrollo de la pandemia, así como la predisposición de estudiantes y docentes para ello. Pero de ninguna manera reivindicamos que la voluntad de la comunidad educativa sea el pretexto para el trabajo gratuito y precarizado. 


Reclamamos entonces:


La inmediata reapertura del laboratorio del CBC de Avellaneda, junto a una partida presupuestaria estatal para equiparlo de los insumos necesarios para fabricar sanitizantes y productos útiles para combatir la pandemia.


Que docentes y estudiantes, con los conocimientos necesarios, sean designados con goce de sueldo y bajo convenio colectivo de trabajo, en lugar de ser convocados bajo las premisas de “colaboración” y “solidaridad” a trabajar de forma gratuita y precaria.


Que el sistema de salud sea centralizado y se triplique su presupuesto. El gobierno ha pagado en 2020 unos 200 mil millones de pesos de deuda, más de cien veces lo destinado a reforzar el sistema sanitario para combatir el virus. Este planteo no puede darse de otra forma que con un programa de no pago de la deuda externa e impuestos progresivos al gran capital, para destinar los recursos necesarios a combatir el avance del coronavirus.